Es difícil (y poco recomendable) sacar conclusiones de cualquier partido de Copa del Rey. No sería concluyente ni beneficioso. Ni siquiera, certero. No en un partido contra el Elche, y no en treintaidosavos de final. Juzgar, por tanto, no se puede. O no se debería. Pero, dicho esto, hay algo que trasciende a este encuentro y, a estas alturas, no admite dudas: el Atlético de Madrid no está bien. No lo estuvo contra el Qarabag (0-0), ni ante el Celta (a pesar de la victoria 0-1), ni tampoco frente al Elche. ¿Los motivos? A ello vamos. Eso sí, el resultado, por sí solo, ya explica bastantes cosas [narración y estadísticas: 1-1].
Hay que hablar primero de las diferencias. El Qarabag, aunque modesto, llegó a la Champions; y el Celta, aunque no en su mejor momento, milita en la Liga. El Elche, sin embargo, juega en Segunda división B. Es decir, a priori, es un rival bastante inferior. Y, a priori, también, el Atlético tendría que haber goleado en su visita al Martínez Valero. Eso sí, los colchoneros saltaron al césped con varios suplentes –o, mejor dicho, no habituales–. Y eso, claro, también influye.
Entre las novedades, dos canteranos (Keidi y Sergio González), algunos suplentes (Moyá, Torres y Vietto) y Augusto, que reapareció después de su lesión. Y con ellos, ante el Elche, cumplió con el guión establecido previamente. Los rojiblancos fueron mejores durante los primeros 45 minutos, tuvieron las ocasiones más claras (una de Torres y otra de Vietto, ambas pudieron acabar en gol) y marcaron en la primera mitad. Giménez puso el balón dentro del área y Thomas, solo, remató de cabeza a placer. El equipo de Simeone se colocó por delante, se puso las zapatillas de estar en casa, se sintió cómodo y se marchó al descanso con buenas sensaciones.
La película, sin embargo, cambió en la segunda mitad. Lucas derribó a Lolo Plá dentro del área y éste se encargó de convertir la pena máxima. Y, a partir de ahí, el Elche tomó las riendas del partido. Con el empate en el marcador, empezó a creer. Muy al contrario que el Atlético, que tuvo ocasiones, pero no las supo materializar. En concreto, no lo hizo Vietto, que sigue sin aprovechar las oportunidades que le da Simeone y que, como durante todo este curso, estuvo muy fallón en Copa.
Con él como cara visible del mal del equipo, la falta de gol, el Atlético no se fue con una sonrisa de Elche. Empató, sí, y se llevó un buen resultado. Eso nadie lo duda. Pero las sensaciones no fueron buenas y el marcador no se correspondió con lo esperado ni con lo que marca la situación de cada equipo, uno en Primera y otro en Segunda división B. Las diferencias deberían haber sido mayores, pero no lo fueron. Las consecuencias, obviamente, sólo se podrán ver contra el Villarreal, y entonces sí se podrán sacar conclusiones.
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