Polvorones, turrones, uvas... y fútbol, al fin fútbol. 3 de enero. Esta fecha es sinónimo de que en España ya se puede jugar. El convenio de la AFE prohíbe disputar partidos antes de este día, por lo que ya es una tradición que, con el calendario tan apretado que existe (y más en año de Mundial) y las ganas de los dirigentes de poner partidos cada día, el primer día hábil ya haya fútbol.
Y otra tradición es que el mes de enero se presente lleno de partidos de Copa del Rey, esa competición que todos desechan hasta que se dan cuenta que tienen opciones de llegar a la final, algo que aporta un plus a la temporada. La rutina en el fútbol español es que desde la primera hasta la última semana de enero, también incluyendo la primera de febrero, haya partidos de Copa para acabar dejando el torneo finiquitado. En un mes, y todo de corrido, ya tendremos a los dos finalistas que lucharán por el título el sábado 21 de abril en un estadio todavía por conocer.
Para llegar a la final hay todavía que disputar seis partidos (uno cada siete días) que comienzan este miércoles. Quien abre los octavos del torneo del KO es uno de los favoritos y uno de los equipos que más cosas tienen que demostrar en esta competición. El Atlético de Madrid viaja a Lleida (19:00 horas) con esa sensación de amplia superioridad pero con la mezcla de la obligación de evitar sustos y la de probar cosas. Los rojiblancos son, sin duda, el equipo más cambiado en este año respecto al anterior.
Griezmann, Fernando Torres, Correa, Gameiro... y Vitolo y Diego Costa. Estos seis nombres conforman, ahora sí, un ataque de mucha calidad para un equipo al que la incorporación seis meses después de sus dos fichajes veraniegos le ha cambiado la cara. La euforia por el Atlético, tal y como se vio en la presentación de los dos jugadores el pasado domingo en el Metropolitano, consigue olvidar el Atlético que ha sido este año (a nueve puntos del liderato en Liga y eliminado en Champions) para abrir una segunda parte de curso en el que el optimismo ha aparecido en forma de mejora de plantilla.
Simeone tiene el equipo que configuró en verano y será la Copa el primer torneo que juzgue a este nuevo Atlético de Madrid que tras las vacaciones navideñas. Hay competencia y hay nivel. Los dos, especialmente Costa, eran esperados como agua de mayo por un equipo al que le faltaba gol y también identidad. Con Costa se recupera al Atlético de 2014, el mejor de su historia con la Liga y la final de la Champions. También vale la nostalgia para afrontar el presente.
"Los jugadores saben que pasarán de jugar a estar en la tribuna y de la tribuna a jugar. Es lo que tiene un equipo competitivo", comentó Simeone en la primera rueda de prensa del año. Lo dijo feliz y aliviado. Ahora podrá tener uno de esos llamados problemas de entrenador: elegir entre varios jugadores.
El panorama cambia radicalmente con un Diego Costa al que el 'Cholo' le describió como "agresivo, intenso y profundo" y un Vitolo al que espera ilusionado. El Atlético sigue vivo en tres competiciones, teniendo plantilla perfectamente para luchar por Copa y Europa League. El reto debe ser el de volver a ganar un título tres años después del último.
Diego Costa, porque el que el Atlético ya pagó 60 millones en un regreso a cámara lenta durante dos años, ocupará la plaza de un Vietto que se irá cedido, con el Valencia como primera opción de destino. El cambio es inmenso: de un jugador que nunca ha cuajado al delantero que mejor ha representado el 'cholismo' en todos estos años. Vitolo, por su parte, se 'come' el hueco de Carrasco, caído en desgracia por sus falta de ambición y trabajo.
Con la duda de cómo estará competitivamente Costa (seis meses sin jugar con algún que otro exceso) y también con el tiempo de adaptación que se le debe dar, nunca Simeone ha tenido un ataque tan compacto y de tantos quilates. Ahora tiene garra, gol, juego por banda, calidad, pensamiento, determinación... En sus manos, dos de los mejores atacantes del mundo (Costa y Griezmann), uno de los jugadores claves de la España de Lopetegui hasta hace bien poco (Vitolo), el futuro y el cerebro de 'La Roja' (Saúl Ñíguez y Koke)... Juntos dibujan un equipo que nada tiene que envidiar a los grandes ataques del fútbol europeo.
A pesar de las ganas por verles y del cambio mental y futbolístico que aportan, la presencia de Costa y Vitolo no es segura en el Camp d'Esports de Lleida. Ninguno participó en el ensayo de la previa. Tampoco es día para arriesgar. La Copa regala al equipo catalán otro partido para hacer taquilla y, si se repite el milagro de Anoeta, dar otra campanada.
Además, este miércoles se disputarán otros tres partidos de ida de octavos de final de la Copa del Rey: Formentera - Alavés (19:00), Cádiz - Sevilla (21:00) y Las Palmas - Valencia (21:00).