El Sevilla tenía que arreglar ante su afición el desaguisado de la pasada jornada ante el Betis, que ganó 3-5 para firmar un resultado histórico. Tenía enfrente al Cádiz, con la eliminatoria prácticamente resuelta tras el 0-2 de la ida, y aunque volvió a ganar (2-1), no consiguió satisfacer a la hinchada sevillista.
El Cádiz, con muchos jugadores poco habituales, saltó al campo con poco que perder y pronto provocó el nerviosismo en el Sánchez Pizjuán con un disparo al larguero de David Barral y con un mano a mano de Moha Traoré que falló ante Sergio Rico. Ese segundo susto, provocó los silbidos del público andaluz.
Entonces, el Sevilla despertó y, en una jugada aislada, Wissam Ben Yedder, en el minuto 31, abrió el marcador para calmar los ánimos y marcar su decimosexto tanto esta temporada en todas las competiciones oficiales. El delantero francés recogió un disparo flojo del argentino Joaquín Correa y marcó a placer.
Después, el mismo Correa, en los primeros minutos del segundo acto, culminó los mejores momentos del Sevilla al mando del argentino Éver Banega, brillante por momentos, con el segundo tanto del choque tras cabecear un centro de Pablo Sarabia desde el córner.
El resto del encuentro se instaló en una siesta que aprovechó el Cádiz para hacer el tanto del honor de la eliminatoria, obra de Álvaro García, que después dispuso de una ocasión para empatar. Al final, el Sevilla pasó de ronda de forma agridulce, con un juego criticable y con la losa del Betis demasiado reciente para su afición.
Antes, el Espanyol consiguió dar la vuelta a una eliminatoria que parecía complicada después de perder 1-2 en el estadio de Cornellá-El Prat. Los hombres de Quique Sánchez Flores firmaron una buena primera parte, en la que el brasileño Léo Baptistao y Gerard Moreno marcaron los dos tantos del partido que sellaron el pase "periquito" para los cuartos de final.
Primero golpeó Baptistao, después de una buena arrancada con la que dejó atrás a los dos centrales del Levante para superar al portero Raúl Fernández con facilidad. Y después, Gerard Moreno, hizo el 0-2 definitivo en medio de un lío defensivo entre Toño García y Raúl.
El Espanyol aguantó con facilidad las débiles acometidas del Levante en la segunda parte, que apenas dispuso de una oportunidad de Toño que golpeó en el larguero. Fue la única opción real para provocar una prórroga que no llegó y al final, el equipo de Quique, estará en cuartos después de dar la vuelta a una eliminatoria por primera vez en su historia tras perder en su estadio.