De la final de la Copa del Rey que se juega este sábado en el Wanda Metropolitano se saben ya varias cosas que pasarán sin que aún hayan pasado. La jugarán dos equipos, la arbitrará el extremeño Gil Manzano, arrancará a las 21:30 horas, sonará el himno y los independentistas catalanes pitarán en ese momento. Lo que no se sabe ahora son otras tantas cosas, entre ellas lo más importante, el resultado, pero otra que sorprende aún más.
En mitad del desafío secesionista catalán, al movimiento independentista, que quiere convertir la final en un gran mitin político (harán varias actividades, desde indumentaria amarilla hasta globos de mismo color) se les ha sumado unos 'socios' inesperados. Un pequeño grupo de aficionados del Sevilla apoya a los culés que piten el himno y que lancen cánticos contra España.
Dentro de la numerosa afición sevillista existe el grupo 'Biris Norte', la facción ultra del club andaluz. Y dentro de ellos, aunque con tiranteces en los últimos tiempos, está 'Gate 22', un subgrupo de 'Biris', que sin ser de las aficiones más violentas, en comparación con otras del fútbol español, si que es la más politizada. Se autodenominan como antifascistas, tienen un clara tendencia de izquierdas y utilizan cualquier partido de fútbol como altavoz político.
Y, en la final de Copa de este sábado, irán también con el independentismo catalán. Este grupo ha mostrado su "solidaridad con el pueblo catalán" y tienen la intención de colocar esteladas en el fondo donde se coloque de la afición del Sevilla, así como pancartas en contra del Rey y de España.
Defensores de los agresores de Alsasua, amigos de 'Herri Norte', el grupo ultra del Athletic, y buscando lo que llaman la creación de la "República de Andalucía", en redes sociales y grupos de mensajería han lanzado una campaña en la que piden pitar el himno "porque vuestra bandera, himno y monarca son herencia fascista". Además, esgrimen que lo hacen "por amor propio, por orgullo y dignidad hacia nuestra tierra" y "porque la Andalucía utilizada y sumisa tiene que acabar".
En el partido de Liga entre Sevilla y Barcelona de hace tres semanas en el Sánchez Pizjuán este grupo ya mostró banderas independentistas catalanas, que acompañaron con la arbonaida (bandera nacionalistas andaluzas, estrella roja en el centro) y mensajes de apoyo a la causa secesionista y políticos en prisión, así como otros lemas como el de "No al Fasc155mo", en el que juntaban la palabra fascismo con su oposición a la aplicación del artículo 155. "Nuestra solidaridad con el pueblo catalán", dijeron entonces.
Ya en la final de Copa del Rey de 2016, mismo partido (Barcelona - Sevilla) que el de este año, pidieron a los aficionados sevillistas llenar su fondo en el Vicente Calderón de arboinadas (también de ikurriñas y esteladas), pero fracasaron con rotundidad. "Son expresiones de libertad de los pueblos", esgrimían. Como era de esperar, y tal y como se espera que pase también este año, los hinchas andaluces no les acompañaron y el fondo sevillista se llenó de banderas españolas, fiel a su tradición de españolía del equipo de Nervión.
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