Italia no es una de las favoritas para la Eurocopa. Ni siquiera podemos decir que sea la grande de su grupo con la presencia de Bélgica. La selección de Antonio Conte no tiene ni una estrella mundial en la que confiar, pero es una camiseta azul con un escudo verde, blanco y rojo, y no se le puede matar antes de tiempo. La realidad es que en los tiempos recientes es difícil recordar una selección italiana que levantara tan pocas expectativas por falta de talento ofensivo y por lesiones clave. Un panorama que ha obligado a cambiar el estilo a contrarreloj, aunque no todo es pesimismo y hay motivos para confiar en la azzurra.
La base para volver a ser grandes
Dentro de la vorágine de pesimismo que acompaña a la actual convocatoria italiana, su portería y sus defensas dejan claro que hay una vieja guardia dispuesta a competir. Italia jugará con la terna de centrales que llevó a la Juventus a ser finalista de la Champions y que ha hecho más fácil la transición post-Pirlo: Barzagli en la derecha, Bonucci en el eje de la zaga y Chiellini en la izquierda.
Ya no sólo es una de las mejores defensas de la Eurocopa a nivel de talento individual, sino que es la que mejor se coordina y se reparte las tareas. Todo con el seguro de Buffon en la meta. Por delante, falta aclarar si jugará Motta (PSG), aunque llega algo tocado, o De Rossi (Roma). El primero es algo superior en el inicio de la jugada, pero ambas opciones son soberbias en colocación para sistemas defensivos.
El reloj juega en contra del centro del campo
El bajo nivel al que se ha mostrado Andrea Pirlo desde 2015 le dio riendas a Marco Verratti (PSG) en la selección y a Claudio Marchisio en la Juventus. En torno a ellos, la Italia de Conte quería conseguir una identidad definida con más balón, algo que no brilló en la fase de clasificación, pero que parecía la ruta elegida para la Eurocopa.
Las lesiones de los dos sucesores de Pirlo a final de temporada y el bajo momento físico del propio Andrea obligaron a virar. La identidad se cambiaba y se desechaba a otros de un perfil similar como Jorginho (Nápoles). Conte quiere trabajo y despliegue sin demasiado virtuosismo moviendo el balón: Motta o De Rossi como pivote, con Florenzi (Roma) a su derecha y Giaccherini (Bolonia) a izquierda. Más velocidad, más profundidad por dentro y menos calma moviendo el balón. Otra opción podría ser la presencia de Parolo (Lazio) o Sturaro (Juventus) por Florenzi, que fijaría más.
Hay poco brillo por parte de sus hombres en la medular. Ayudándoles desde los carriles estarán Candreva (Lazio) por la derecha y Darmian (Manchester United) por la izquierda. El primero es un jugador mucho más creativo para jugar más por dentro y combinando más; por la izquierda, Darmian es de mucha más rapidez y profundidad. Otra alternativa es Florenzi en el costado zurdo para añadir más apoyos con el balón.
El ataque sin líder
Los metros finales es donde más se añora a un talento italiano. No hay nadie que venga de un año rotundo. Más preocupante aún: ninguno ha sido indiscutible para su club este año. Pellè (Southampton) es el único fijo para Conte y ha acabado la temporada siendo suplente en su club. Un jugador de dominio aéreo y juego de espaldas, pero con poca regularidad goleadora.
Su acompañante es una incógnita. En los últimos días ha ganado enteros Zaza (Juventus), quien pese a no contar casi con su club es un talento ideal para enlazar y encontrar los espacios habilitando a una referencia como Pellè por delante de él. Otro nombre es Immobile (Torino), quien llega de su peor año como profesional y no da la sensación de poder jugar entre líneas, o Éder (Inter), quien ha marcado un gol en todo 2016.
El banquillo y el cerebro
Si miramos dónde sobresale más Italia en comparación con la media de la Eurocopa, señalaríamos su base defensiva y el talento de su entrenador, Antonio Conte, quien se marchará al Chelsea una vez acabe el torneo. Es uno de los mejores técnicos de la Eurocopa. A su disposición no tiene un talento de primer nivel, pero sí varios jóvenes que aportan una dosis extra de movilidad y atrevimiento, lo que le falta a su once presumible: Bernardeschi (Fiorentina), El Shaarawy (Roma) e Insigne (Nápoles). Muchas de las opciones azzurras dependerán de que Conte sepa administrarlos.
La convocatoria de Italia
Porteros: G. Buffon (Juventus), F. Marchetti (Lazio) y S. Sirigu (PSG).
Defensas: A. Barzagli (Juventus), L. Bonucci (Juventus), G. Chiellini (Juventus), M. Darmian (Manchester United), M. De Sciglio (Milan) y A. Ogbonna (West Ham).
Medios: F. Bernardeschi (Fiorentina), A. Candreva (Lazio), D. De Rossi (Roma), A. Florenzi (Roma), E. Giaccherini (Bolonia), S. Sturaro (Juventus), T. Motta (PSG) y M. Parolo (Lazio).
Delanteros: Eder (Inter), C. Immobile (Torino), L. Insigne (Nápoles), G. Pellè (Southampton), S. Zaza (Juventus) y S. El Shaarawy (Roma).