Reina, Llorente, Albiol, Mata, Javi Martínez... Todos ellos y muchos otros acudieron a la llamada de la selección conscientes de que su papel era servir de relevo desde el banquillo. Y lo asumieron con total entereza, sin pronunciar nunca una palabra más alta que otra sobre la suplencia. Pero otro hombre de refresco habitual en 'La Roja', Pedro, no opina lo mismo. De hecho, ha lanzado un dardo más que inesperado ante los micrófonos de Movistar+. "Tenía otras expectativas cuando llegué aquí y no están siendo las que yo deseaba. Asumir este papel, para mí, es difícil. Si no veo continuidad, tampoco merece la pena seguir viniendo para hacer grupo y estar aquí con los compañeros, a pesar de que estoy muy cómodo", declaró.
Las palabras del extremo canario sorprenden. Sobre todo, porque el rol que desarrolló durante sus años en el Barça casi siempre fue el del duodécimo hombre. El jugador que salía del banquillo para revolucionar los partidos y que habitualmente lo lograba, con el premio del gol. De hecho, marcó un tanto en todas las competiciones que disputó con el club azulgrana en el año del sextete (2009).
También resulta chocante que Pedro reclame mayor protagonismo con España tras un año más bien discreto en el Chelsea. Allí llegó el verano pasado, dispuesto a tener más galones que en un Barça donde Neymar apenas le impedía brillar. Y los tuvo, disputando 43 partidos y marcando nueve goles. Aun así, su puesto en el combinado nacional no estaba ni mucho menos asegurado ante la pujanza de otros jugadores como Saúl, que finalmente no acudió, o Lucas Vázquez.
Finalmente, entró en la lista definitiva de la Eurocopa e incluso disputó minutos en el debut contra la República Checa. Y aun así, Pedro quiere más. No le vale con haber ganado el anterior torneo continental (2012) o con ser campeón del mundo en 2010. No se conforma con "hacer grupo" y ya está. Su reclamación, unida a la polémica con el caso De Gea, enturbia la concentración del equipo nacional, que parecía haber recuperado la buena sintonía de otras épocas.