Acostumbra Alemania a dar miedo. Pero, en esta ocasión, por muy campeona del mundo que sea, atemoriza bastante poco. La razón es bien sencilla: la selección de Joachim Löw no ha brillado en ninguno de sus tres encuentros en la fase de grupos. Le ganó a Ucrania con dificultades en el primer partido (2-0), alimentó sus dudas en el empate contra Polonia (0-0) y no fue capaz de hacer más de un gol ante una triste Irlanda del Norte (0-1). Es decir, hizo sus deberes y cumplió como un buen alumno aplicado, pero está lejos del sobresaliente. Es más, necesita mejorar si no quiere llevarse un susto próximamente, aunque se haya clasificado como primera de grupo con los mismos puntos que Polonia, a la que supera por el gol average [Narración y estadísticas: Irlanda del Norte 0-1 Alemania].



Alemania confirmó las dudas que traía de serie tras su empate ante Polonia (0-0). Ya saben, que si la falta de gol, que si la ausencia de liderazgo, que si las dudas en su juego… Todo ello, lo maquilló la Mannschaft en la primera mitad con una versión ligeramente mejorada. Joachim Löw introdujo varios cambios (Kimmich en el lateral derecho y Mario Gómez en punta) y su equipo funcionó mejor. Movió mejor la pelota, encontró los espacios y, sobre todo, evolucionó en la parcela ofensiva. Gracias, en gran parte, a Müller, omnipresente durante toda la primera parte y autor de las mejores ocasiones: un cabezazo que pegó en el palo izquierdo y un disparo que fue a parar también a la madera.



Sin embargo, el gol lo hizo Mario Gómez. Özil le cedió el balón a Müller, éste lo condujo hasta el área y se la dejó al delantero, que sólo tuvo que empujarla hacia dentro para adelantar a los germanos. Es decir, Alemania, que en los últimos tiempos había pregonado el toque y motivado la inclusión de Götze como falso ‘9’, acabó encontrando la puerta de entrada como toda la vida, con un ariete ‘tanque’ de los de siempre como referencia en punta.



Pero pasada esa primera mitad y marcado ese gol, poco más aportó Alemania a la salud futbolística del torneo, pobre en casi todos los ámbitos. Volvió a tener una ocasión Müller y falló un par Götze, titular indiscutible en este torneo, pero desacertado en todas las facetas del juego desde que anotara aquel gol en Brasil que le dio la copa del mundo a su selección. Desde entonces, ha tenido oportunidades tanto en el Bayern como en la Mannschaft, sin embargo, está lejos de cumplir con lo que se espera de él. De hecho, sigue a años luz. 



Ante ese panorama no quiso Joachim Löw forzar más a los suyos. Dio minutos a Schweinsteiger y quitó a todos los apercibidos. Pero ni con esas. El partido terminó con un triste gol (0-1), muy poca renta tras enfrentarse a un rival tan débil como Irlanda del Norte. Quizás, la mejor muestra de la crisis por la que atraviesa la Mannschaft. Aunque, obviamente, Alemania siempre puede despertar, y entonces... 



POLONIA ES SEGUNDA



La otra clasificada directamente para octavos es Polonia, que termina la fase de grupos empatada a puntos con Alemania -pero con un gol menos- tras una victoria por la mínima contra Ucrania (0-1). El tanto lo hizo Kuba y Lewandowski, titular de nuevo, se quedó sin marcar. Irlanda del Norte, por su parte, termina como tercera de grupo y tendrá que esperar para ver qué hacen el resto de selecciones de cara a apurar sus opciones de meterse en la próxima ronda de esta Eurocopa.

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