La segunda potencia europea frente al país de los 300.000 habitantes. La selección de las dos Eurocopas, y un Mundial, frente a la que participa por primera vez. La anfitriona contra la novata. La todopoderosa Francia contra la sorprendente Islandia.
En el fútbol que se ha impregnado del poder económico, muy cerrado a posibles milagros, este año se han colado dos héroes colectivos que ponen patas arriba el orden establecido. Primero fue el Leicester ganando la Premier. Ahora es Islandia llegando a cuartos de una Eurocopa.
Lo novedoso radica en la ronda del partido, ya que no es el partido inaugural, como tampoco lo es de primera fase. Son unos cuartos, segundo partido de eliminatorias. Si ya era algo extraordinario que este país llegara al torneo, ir pasando rondas a cuartos roza el milagro. Pero ahí está, en el quinto partido, llegando más lejos que selecciones como España.
Puede ser repetitivo, pero hay que recordar lo que es Islandia. Con los mismos habitantes que ciudades como Alicante o Córdoba, apenas tienen un centenar de futbolistas profesionales. 23 de ellos fueron a Francia a disfrutar, a vivir algo que jamás se había vivido en este peculiar país, que entre otras cosas, no tiene ejército. Un 10% de su población fue al país galo a ver a su equipo. Todo es muy bohemio, convirtiéndose en el equipo de todos.
¿Alguien que ayude a Griezmann?
Francia no tiene otra que aferrarse a Griezmann. Era su principal estrella, acompañado de Pogba, Kanté o Payet en esta Eurocopa. El primero ha aparecido mucho menos de lo que se esperaba y también de las expectativas que había generado. El segundo, progresa adecuadamente en el torneo, aunque estará ausente en este partido por acumulación de tarjetas. Y el tercero ha ido de más a menos, apareciendo en los primeros partidos y diluyéndose en los últimos.
Diferente es la defensa, en la que entrará Umtiti, nuevo fichaje del Barcelona, en sustitución de Adil Rami, también ausente por sanción, y el 'goleador' Giroud. Es, por ahora, la cruz de Francia, lo que más está decepcionando en una selección que tampoco ha dejado una gran impresión en lo que va de Eurocopa. Porque su llegada a cuartos se ha podido resumir con continuas individualidades.
La última fue la aparición de Griezmann, que se doctoró ante Irlanda, salvando a Francia de lo que hubiera sido el mayor ridículo del torneo. La pregunta que rápidamente aparece es que pasará cuando no haya un destello individual. ¿Tiene Francia alternativas por si fallan sus estrellas? Por lo visto, no. Y el encuentro de cuartos es muy parecido a lo que se ha enfrentado ya.
Todos los rivales comparten esa vitola de equipos 'menores', como mínimo bastante inferiores a ellos. Islandia ocupa el puesto 34 en el tan discutible ranking FIFA, uno más abajo de su último rival, Irlanda. Y todos les han creado problemas, desde Albania a Suiza.
Al ritmo del -son
La gran revelación del torneo va a Saint-Denis sabiendo que llegar a semifinales sería ya tentar mucho a la suerte. Ahora ya sí que no tienen nada que perder y, una vez que toda Europa les ha conocido y admirado, se han ganado el derecho a disfrutar. Pero se deben frotar los ojos: el partido de este domingo no tiene nada que ver ante el de Inglaterra. Sin quitar mérito de esa victoria, los franceses no son los ingleses. Y no solo les separa el Canal de la Mancha.
Seguirá Islandia aferrado al son de los Son. Todos los titulares del equipo nórdico acaban así, con el –son acabando sus apellidos. Significa hijo de. El único que no tiene este final es el técnico Lars Lagerbäck. Es sueco. Con ellos, seguirá el milagro islandés, la demostración de que el fútbol a veces no entiende ni de dinero ni de favoritismo ni de poder. Quien les hubiera dicho a ellos que se iba a durar tanto su estancia en Francia, presentándose allí con jugadores de equipos medianos en la liga noruega, sueca, otros en la segunda alemana o inglesa, e incluso alguno que deambula en terceras división.
Queda la duda. ¿Es posible que Islandia elimine a Francia? No duden que si es así protagonizaría el mayor ‘bombazo’ futbolístico de la última década. Sería mayor terremoto que la eliminación de Brasil en su Mundial ante Alemania. ¿Se podría permitir que eso pasara? El fútbol asiste a uno de esos días mágicos en los que toda Europa, excepto la Francia que, eso sí, toca las semifinales como ninguna de las otras selecciones lo hizo.