Pasan los años y Croacia sigue siendo un hueso muy duro de roer. Un país que apenas llega a los cuatro millones de habitantes y que ha sido capaz de aunar a una generación de futbolistas brillantes empeñados en llevar su bandera a lo más alto. Con Zlatko Dalić como director de orquesta y Luka Modric como capitán general, el combinado ajedrezado busca hacer historia en la Eurocopa.
Siempre competitivos, con ese carácter balcánico que les caracteriza, Croacia vuelve a afrontar un nuevo torneo con la sensación poder asaltar la banca y dar la sorpresa. Esta vez, la suerte le ha deparado un guion complicado. Deberán medirse a Italia y España en la fase de grupos. Podría pasar como una de las mejores terceras, es cierto, pero no se van a conformar con eso.
Debutan contra España, un viejo conocido. Y es que croatas y españoles se han visto las caras en las tres últimas Eurocopas. Esta será la cuarta. Un duelo con resultados dispares y en los que la igualdad siempre ha sido protagonistas. Con Modric como principal referencia dentro del terreno de juego, los ajedrezados buscarán de robarle el cuero al equipo de Luis de la Fuente.
Con una escasez de extremos naturales, además de mediocampistas y delanteros creativos pero carentes de físico, mantener el balón se ha convertido en el mejor mecanismo de defensa posible para ellos. Sin embargo, deben mejorar sus prestaciones para no caer en la previsibilidad.
La importancia de los costados
Modric es el faro, pero la presencia de Brozovic y Kovacic en la medular muchas veces se traduce en pocas ideas en campo contrario. El equipo puede salir de la presión con relativa facilidad y mantener la posesión, pero le falta un punto para someter a sus rivales.
Es ahí donde aparecen las figuras de Gvardiol y Stanisic. El primero de ellos ha reconvertido su posición desde su fichaje por el Manchester City de Pep Guardiola. El técnico español le ha colocado en el lateral zurdo y ha hecho de él un futbolista importante en la creación del juego.
Parte desde el costado, pero acostumbra a cerrarse cuando su equipo tiene el balón. Quizá Dalić aproveche esa faceta de su joven promesa para dotar a Croacia de una mayor fluidez en el centro del campo. Ya sea como lateral o partiendo de central, el rol de Gvardiol en la construcción del juego puede tener un peso grande.
En la derecha jugará Stanisic. El joven lateral ha hecho historia con el Bayer Leverkusen convirtiéndose en talismán para el equipo de Xabi Alonso con sus goles importantes. Un jugador más defensivo, pero que en sus inicios en la cantera del Bayern actuaba como pivote.
Tantó él como Gvardiol han vivido la temporada más goleadora de su carrera y pueden aportar cifras a un equipo que no anda sobrado de gol y que no tiene tampoco unos extremos desbordantes y de primerísimo nivel.
Serán Kramaric y Majer quienes ocupen las bandas croatas. Sin embargo, no dotarán al equipo de demasiada amplitud. Majer es más bien un volante, un "extraordinario generador de juego. Tiene una gran habilidad para mantener la pelota bajo presión, para jugar al primer toque, para repartir asistencias", según su exentrenador en el Rennes Bruno Genesio.
Por su parte, Kramaric es más bien un delantero que genera mucho más peligro cuando juega por dentro y no atado a un costado. Se espera por tanto que Croacia aglutine muchos jugadores por dentro y busque hacer daño a España desde esa disposición táctica. Tendrán a Budimir como '9' fijo en el área. El delantero de Osasuna buscará ser un incordio para los centrales de España que apuntan a ser Le Normand y Nacho, dos viejos conocidos de La Liga.
Un muro defensivo
Una de las carencias de Croacia llega a la hora de convertir sus ocasiones en gol. Desde la retirada de Mandzukic han perdido pegada (esto puede cambiar con el gran estado de forma de Budimir) y prueba de ello se transforma en los pocos goles de la Selección en la Fase de Clasificación de la Eurocopa. Anotaron 13 goles, la vigesimo octava de todo el continente. Muy lejos, por ejemplo, de los 25 de España, los 29 de Francia o los 36 de Portugal.
Sin embargo, Zlatko Dalić ha sido capaz de tapar todas estas carencias ofensivas y ha creado un bloque muy sólido en defensa que hace de su equipo un conjunto muy complicado de ser superado en el mano a mano.
Si bien era un equipo mediocre en cuanto a goles anotados respecto al resto de Selecciones, todo lo contrario sucede con los tantos encajados. Y es que Croacia ha sido el tercer equipo que menos goles ha recibido (4) tras Portugal y Francia, con dos y tres respectivamente.
Esto lo ha logrado con una defensa muy ordenada, a pesar de tener unos centrales jóvenes y con poca experiencia en torneo de gran nivel. Pero por encima de todo ha sobresalido la figura de Dominik Livakovic. El joven portero se consagró ante el mundo en el Mundial de Qatar con unas actuaciones prodigiosas y será clave en las aspiraciones de su equipo en la Euro.
Además, la solidaridad de todos sus futbolistas hacen de Croacia un equipo muy incómodo. No acostumbra a ser una selección que deje jugar con tranquilidad a sus rivales y siempre es peligrosa, más todavía cuando no tiene el papel de favorito. No cabe duda que va a ser una prueba de fuego para España.