Bellingham celebra su gol anotado ante Serbia en la Eurocopa.

Bellingham celebra su gol anotado ante Serbia en la Eurocopa.

Eurocopa

Bellingham es suficiente para que Inglaterra tumbe a Serbia en su discreto debut de la Eurocopa

Un tanto del jugador del Real Madrid, que le convierte en el tercer futbolista inglés más joven de la historia en marcar en una Euro, salva la papeleta de los de Southgate que acabaron con más sufrimiento del esperado.  

16 junio, 2024 23:07

El día en el que se esperaba una diferente versión de los de Southgate, Inglaterra fue la Inglaterra de siempre, la moderna. Fiel a ese nuevo librillo en el que parecen no saber ganar sin sufrir y en el que está escrito que no deben dar rienda suelta a su talento. Los Three Lions parecieron gatitos, solo un zarpazo, el de Bellingham, maquilla el discreto debut en la Eurocopa. [Así vivimos la victoria de Inglaterra sobre Serbia].

Serbia, que fue de menos a más a medida que avanzaba el reloj, se topó con un Jordan Pickford que terminó achicando aguas ante el ímpetu balcánico en un partido al que Bellingham llegó desde atrás. Desde atrás para rematar la pelota, envenenada tras tocar en Pavlovic, que le habáa servido Saka desde la derecha. Estrenaba así a su país en la Eurocopa, como también lo hizo en el pasado Mundial.

Nada había pasado en el Veltins Arena hasta que el jugador del Real Madrid conectó el cabezazo que disolvió unos planes, los serbios, que pasaban por refugiarse hasta ir entrando en calor. Aunque el jarro de agua fría arrojado por Bellingham obligó a la reacción. Stojkovic indicaba a Zivkovic y Kostic que se incrustaran en el centro del campo y lo que se podía intuir como una línea de cinco defensores se convirtió en una de tres y dos puntas arriba, con Mitrovic y Vlahovic batallando con Stones y Guehi por cada balón. 

Bellingham celebra su gol contra Serbia

Bellingham celebra su gol contra Serbia REUTERS.

Alexander-Arnold amagaba con desempeñarse por el carril derecho, como ha hecho siempre, pero solo es un conato, fue cuestión de minutos que pasara a formar parte del doble pivote con Rice. Precisamente Arnold permitió la primera ocasión serbia al perder un balón absurdo en cerca de su área. Mitrovic disparó desviado, igual que el centro-chut de Walker instantes después, que también había aprovechado otra pérdida de balón, esta vez de Vlahovic para volver a pisar el área balcánica. 

El intercambio de golpes cesó ahí. Serbia se hizo con el control, pero bajo un ritmo demoroso que no desbarataba línea defensiva alguna. Kostic pidió el cambio por lesión, turno de reorganizarse. Ilic entró en su lugar, lo que adelantó la posición de Vlahovic. Inglaterra no varió su hoja de ruta, pero sí el recorrido. Con Bellingham multiplicando sus esfuerzos en defensa y Kane retrasando su posición para encontrar el balón que no le estaba llegando. Ni rastro de Foden en el nexo con el ariete del Bayern de Múnich.

Dios salve a Jude

Se pasó a jugar más cerca de Pickford que de Rajkovic, así que Tadic y Jovic fueron enviados al frente. El partido pasó a ser un correcalles, una ruleta rusa que podía caer de cualquier lado. Kane envidó con un cabezazo al larguero, desviado por Rajkovic, y Vlahovic respondió con un latigazo que obligaba al vuelo sin motor de Jordan Pickford. Se envalentonaba el partido al entrar en su recta final. 

Serbia lograba embotellar en su área a una Inglaterra que no quería ver el balón cerca de sus dominios. No le duraba nada la posesión. Pero los balcánicos no tradujeron en ocasiones sus llegadas a campo contrario. Southgate y los suyos ganaron sin convencer, aunque en un torneo corto importa lo primero bastante más que lo segundo. Dios salve a Jude.