A la espera de que la Portugal de Cristiano haga acto de presencia, ya están todos en la fiesta de la Eurocopa. Desprecintó el torneo la Alemania de Wirtz; la España del colectivo recogió el testigo que un día más tarde cedieron a la Inglaterra de Bellingham y ahora la Francia de Mbappé confirma su asistencia a la velada veraniega en Alemania. Un solitario autogol de Wöber, después de la acción individual del nuevo jugador del Real Madrid, sella el triunfo de los de Deschamps ante una Austria respondona que no le perdió la cara al partido en ningún momento. [Así hemos vivido la victoria de Francia sobre Austria].
Europa es la cuenta pendiente de Francia en general y Mbappé en particular. El combinado galo no logra levantar el trofeo desde que lo hiciera el propio Deschamps, actual seleccionador, en el año 2000. Y el nuevo jugador del Real Madrid todavía no ha conseguido estrenar su cuenta goleadora en el mencionado torneo. Cinco partidos (los cuatro de 2021 más este), 17 disparos y cero goles
Una cuenta que sigue pendiente tras el choque contra Austria. Armó la jugada del gol, pero lo anotó Wöber en propia. Y, para colmo, fue sustituido tras sufrir un golpe con Danso que le dejó ensangrentado y su participación en la Eurocopa en riesgo. "¿La nariz rota de Mbappé? Al parecer sí, su nariz no está nada bien. Ya veremos. Es lo malo de esta noche. Aunque sea sólo una nariz, es muy molesto para nosotros", declaró Deschamps al finalizar el partido. La nariz de Mbappé enciende todas las alarmas.
Austria arribó en Düsseldorf fiel a los argumentos que le habían llevado hasta la ciudad alemana. Intensidad y ambición, dos intangibles que el profesor Rangnick eleva al máximo y que convierte a los suyos en un combinado difícil de ganar. De hecho, de sus 16 últimos enfrentamientos anteriores, solo habían hincado la rodilla en uno de ellos. Aunque lo primero que exhibió Austria fue el muro levantado por Pentz, que dio la razón a Rangnick al desbaratar el primer intengo de Mbappé.
Después de reinar en la sala de prensa al galo le tocaba gobernar a Francia sobre la hierba del Arena Stadion de Düsseldorf bajo su condición de gran divo. Dejó destellos de su calidad en un partido táctico del que Austria mereció irse con algún punto en su botín. Se esperaba más de la estrella gala y de la selección señalada como gran candidata al título.
Ni rastro de Griezmann
La Francia de Deschamps nunca ha sido muy estética para ver, pese al gran reparto con el que cuenta su obra. Precisamente ese segundo intangible es lo que les convierte en favoritos al título. También es un clásico de esta Francia despachar un partido rocoso como el que planteó Austria con un gol y orden en campo propio. Sin ningún rubor, aunque el rival no sea el más puntero del torneo.
Los de Deschamps, en cambio, sí brillan cuando ven espacio verde sobre el que correr, pero los de Rangnick embarraban cada hectárea privándoles de su mayor deseo. Griezmann, el único con plena libertad sobre el campo, no terminaba de aparecer y Austria fue creciendo y ganando duelos individuales.
Baumgartner se trastabilló delante de Maignan. A Mbappé se le hacía de noche ante Pentz. Empate a ocasiones claras falladas. Los de Rangnick compitieron, pero les faltó colmillo, justo lo que le sobra a Francia, y murieron en la orilla. Los de Deschamps ganan, pero no asustan, y pueden perder a Mbappé. Empiezan las curvas.