Eurocopa

Rodri a los mandos, Nico al ataque y Cucurella en todas partes: la exhibición de España o por qué ya es candidata a la Euro

La selección española confirmó las buenas sensaciones mostradas ante Croacia y selló su pase a los octavos de final de la Eurocopa con un fútbol brillante.

21 junio, 2024 02:15
Guillermo Echeverría David Vicente

España ya está en los octavos de final de la Eurocopa. El combinado dirigido por Luis de la Fuente ha sellado el billete a la siguiente fase como primero de grupo y lo ha hecho con un fútbol magistral. El optimismo crece en torno al juego de la Selección y cada vez son más los que la consideran como una de las grandes favoritas a llevarse el título de campeones.

La selección española ha tenido un arranque de Europeo inmejorable. Primero borró del mapa a toda una semifinalista de Mundial como Croacia y en esta ocasión barrió por completo a la vigente campeona de Europa. Y lo ha hecho convenciendo, sin medias tintas. Demostrando un nivel de juego sublime, tanto en el juego sin balón como en los momentos de posesión. 

Ante Italia, los de Luis de la Fuente se encargaron de dar un golpe sobre la mesa. Debían confirmar las buenas sensaciones que mostraron contra los croatas, y lo superaron con creces. Minimizaron a la 'Azurra' hasta más no poder. No les dieron prácticamente ningún respiro durante los 90 minutos y si no llega a ser por el acierto de cara a gol el resultado podría haber sido mucho mayor.

Al igual que en el debut, España salió a morder desde el inicio. Acompañado por una presión asfixiante, la Selección pudo marcar dos goles en apenas diez minutos, pero dejó viva a una Italia que no veía por donde le llegaban los ataques. 

Los de Spalletti, que optaron por un planteamiento muy defensivo, fiaron todas sus opciones a encontrar un contraataque peligroso que pudiera hacer daño a España. Pero no lo lograron en ningún momento. Cruzaron la divisoria del terreno de juego en escasas ocasiones y Unai Simón fue prácticamente un mero espectador durante muchos tramos del choque.

La selección española se defendía con la posesión del esférico y aprovechó tanto el inicio del partido como el arranque de la segunda mitad para atosigar a Donnarumma. La puntería falló en el primer tiempo, pero tras la reanudación la suerte se alió de los de Luis de la Fuente con el gol de Calafiori en propia puerta. A partir de ahí, la idea fue contemporizar con el juego e intentar matar el partido con una contra.

El timón de la Selección

Para explicar el dominio de la selección española frente a la vigente campeona de Europa se podría explicar a través de Rodri Hernández. El centrocampista del Manchester City gobernó el partido a su antojo, tanto a nivel posicional como con el balón en los pies y volvió a ofrecer una gran versión después de un debut más discreto contra Croacia.

Rodri fue un seguro en el pase. Acertó en 93 de sus 95 intentos, dominó también el desplazamiento en largo e incluso se animó a buscar zonas de remate, especialmente en la primera mitad.

Ante el repliegue italiano, estuvo cerca de ver puerta en dos acciones consecutivas. Primero con un lanzamiento desde la frontal que se marchó fuera y después con un disparo que se dirigía entre los tres palos, pero que fue repelido por un defensa. 

Si Rodri Hernández está bien la selección española gana mucho. Un Rodri preciso, bien ubicado sobre el césped y cogiendo la sartén por el mango permite soltarse a muchos de sus compañeros. Un claro ejemplo es Pedri. El canario pisó mucho el área italiana y tuvo dos acciones de gol o gol. Le faltó acierto en la definición.

Otra buena noticia para España llegó con la amarilla que vio Rodri al filo del descanso. Una cartulina que le impedirá jugar frente a Albania, pero que es un problema menor ya que los de De la Fuente no se juegan nada. Lo bueno, estará disponible y sin riesgo de sanción para los octavos de final de la Eurocopa.

El factor desequilibrante

Si Rodri Hernández representa el dominio y el control de la selección española, el vértigo, el desborde y la conducción son cosa de Nico Williams. El extremo del Athletic logró el premio al MVP del partido después de firmar una actuación soberbia.

Esta vez fue él quien tiró del carro en el ataque de España. Ya desde el primer minuto dejó su selló en el partido con un medido centro al corazón del área que estuvo a punto de convertirse en el primer gol de la Selección. Poco después fue él quien pudo abrir la lata con un cabezazo que se marchó fuera.

Nico fue un quebradero de cabeza constante para Giovanni Di Lorenzo. Le volvió loco desde el primero al último minuto y en el inicio de la segunda mitad propició el único gol del partido. Recogió el cuero en el costado izquierdo y, tras un gran recorte, hizo gala de su explosividad para marcharse del defensor italiano y poner un centro al primer palo directo a la cabeza de Morata. Paró Donnarumma, rebotó en Calafiori y el esférico entró en la red.

Nico desatascó el partido con su acción y estuvo muy cerca de poner la sentencia con un gol descomunal. Recibió otra vez en el perfil zurdo y se fue directo a buscar a Di Lorenzo. Llegó al pico del área, recortó hacia fuera y se sacó de la manga un precioso disparo que hizo temblar la portería defendida por Donnarumma. Hubiera sido uno de los mejores goles de Eurocopa.

Nico descosió a la zaga italiana y lo hizo gracias, en parte, a que tuvo muy bien cubiertas sus espaldas por Marc Cucurella. El lateral catalán volvió a ganarle la partida a Grimaldo en el once y firmó una actuación más que notable. 6 recuperaciones (4 en campo rival), 4 despejes, 5 entradas, 2 intercepciones + 8/10 en duelos, 100% en pases y 3 ocasiones creadas. Casi nada.

España se mostró una vez más como un equipo coral. Un conjunto vertical y con facilidad para generar ocasiones y que ha demostrado que no tiene que envidiar a nadie. Ya está en los octavos de final y el paso definitivo podría llegar en un hipotético cruce en cuartos contra Alemania, la otra gran sensación del torneo hasta el momento.