Eurocopa

España vuelve a exhibirse ante Georgia: las 5 claves que meten miedo a Alemania en cuartos de final

La victoria ante los de Willy Sagnol refleja el cambio de rumbo del juego de la Selección y la convierte en una de las grandes favoritas a lograr el título continental.

1 julio, 2024 02:15
Alejandro Peinado David Vicente

España baila sobre escenarios en los que antes estaba sordo de los pies. Así lo explica la danza bajo la lluvia vista en Colonia. El gol en propia puerta de Le Normand reforzó el planteamiento conservador de Georgia y revivió viejos fantasmas del pasado.

Aquellos partidos en los que una selección, teóricamente inferior, plantea un encuentran trabado y atasca la circulación española. Véase el partido contra Marruecos en el último Mundial como ejemplo más reciente.

No fue así porque Luis de la Fuente cuenta con dos aviones por banda que ensanchan demasiado el campo. Nico Williams y Lamine Yamal volvieron a ser protagonistas de un duelo en el que también resaltó el control y la calma en medio del caos de Rodri y Fabián Ruiz, ambos goleadores y ambos brújulas de esta selección que se cita con Alemania en cuartos de final de su Eurocopa.

España está entre las ocho mejores selecciones del Viejo Continente porque es una de las ocho mejores y de las más completas, por no decir la que más en este segundo intangible. A lo largo de la presente Eurocopa ha solventado con pleno de victorias partidos cuyo guion ha sido diametralmente opuesto, especialmente el último ante Georgia.

Cuando España se vio de nuevo ante un rival acorazado, con en aquellas viejas pesadillas, probó algo nuevo, un cambio de librillo. Abandonó el amasamiento de balón a la espera de algún fallo defensivo y pasó a lanzarse para provocarlos.

De esta manera, y pese al golpe inicial en forma de autogol, derribó a una Georgia sostenida por Mamardahsvilli que acabó sucumbiendo a la insistencia española. Sus 35 disparos ante Georgia, mayor registro en un mismo partido de un gran torneo desde 1980 así lo atestiguan.

Se torna así un estilo que durante una década ha estado instaurado en cada partido de la selección española, viviendo su punto álgido entre 2008 y 2012 con la consecución de la serie Eurocopa-Mundial-Eurocopa con un fútbol en el que la posesión era el principal estandarte. 

Lo era tanto en ataque, hilvanando incontables pases, como en defensa, protegiéndose con el balón. El perfil de los jugadores actuales ayuda a dibujar un escenario diferente al de la década pasada cuando hasta seis centrocampistas se colaron en el once titular de la final de la Eurocopa en 2012.

España solía jugar con un pivote e interiores escoltando por los costados, hasta que De la Fuente ha instaurado un sistema en el que la posesión no es lo primordial, el mayor peso se lo llevan los extremos y su profundidad. Extremos como tales de los que encaran y son verticales, no interiores que se asocian por dentro y necesitan estar en permanente contacto con el balón.

En la actual selección española hay jugadores que no es que hayan tirado la puerta abajo, es que se la han llevado a su casa. Entre ellos figura el nombre de Marc Cucurella, la revelación en lo que va de Eurocopa que no convencía a los aficionados antes del inicio del torneo, pero sí a un De la Fuente que le ha entregado la banda izquierda por la que combina con Nico Williams como el botón de una camisa.

El del Athletic volvió a estar imponente. Marcó, asistió y tuvo 100% de efectividad en el paso. Datos que no registraba un jugador en un mismo partido desde 1980. Del mismo modo, sucede en la banda contraria con Carvajal y Lamine Yamal. El segundo asistente del primero en su gol ante Croacia. La verticalidad española se transfiere del lateral a los extremos, donde Lamine Yamal y Nico Williams humanizan el fútbol moderno

Cuatro triunfos, nueve goles a favor, sólo uno en contra (en propia) y la sensación de dominar los tiempos y el ritmo en cada partido. La España de Luis de la Fuente, cargada de matices, ha ido imponiendo su ley en cada jornada de la fase de grupos. Sabiendo adaptarse a las características de cada rival sin perder la esencia de su juego. 

El eje de la zaga parecía ser la zona más debilitada cuando la expedición española arribó en Alemania. Laporte llegó entre algodones y Nacho sufrió unas pequeñas molestias posteriores. Le Normand ha sido el único central con presencias en todos los partidos y se ha convertido en el fijo para Luis de la Fuente.

El balón en propia que superó a Unai Simón ha sido el único que ha habido que sacar de la portería española. Todo ello siempre escudado por un Laporte que sigue creciendo a medida que disputa partidos. El de Georgia no fue su mejor carta de presentación, pero taponó las veloces transiciones georgianas y contuvo a Kvaratskhelia.

Todo ello compactado con el pegamento de Rodri y Fabián Ruiz en la sala de máquina. El primero es un bastión del centro del campo. Ocupa el ancho y lateraliza sus movimientos para mejorar la salida de balón. Fue la calma en medio de la tempestad georgiana tras el gol en propia de Le Normand. El segundo goza de la libertad que le permite el desempeño del primero. Ante Georgia volvió a pronunciarse en ataque, como hizo contra Croacia.

Luis de la Fuente ha creado un equipo capaz de adaptar su juego a las características del rival. "El gol nos hizo dudar, pero recuperamos enseguida el control. Tenemos el mejor equipo y los mejores jugadores. Vamos a pelear por la Eurocopa sabiendo que tenemos por delante a Alemania, una potencia. Tenemos calidad, compromiso y seguridad", explica. 

Antes de llegar a Berlín, España deberá superar la parada en Stuttgart ante una Alemania que también posee verticalidad en los costados y peligro aéreo. Otro escenario para España, la selección que mejor baila independientemente del escenario.