En Argentina el fútbol es diferente. En todos los sentidos. Y desgraciadamente los casos en los que se conocen son por violencia en las gradas. La diferencia es que esta vez ha llegado a más y los aficionados de Vélez Sarsfield han provocado la dimisión de su entrenador. ¿La razón? Intentar asaltar el vestuario de su equipo tras perder ante el Racing Club de Avellaneda por 0-3 en su estadio, el popularmente conocido como El Fortín, oficialmente José Amalfitani.
La situación deportivamente tampoco es un drama. Las cosas van mal, pero se puede remontar el vuelo. De cuatro jornadas, han perdido tres partidos y solo acumulan tres puntos. Pero Christian Bassedas, entrenador hasta hoy del equipo de Buenos Aires, no dimite por eso. La temporada acaba de comenzar. Renuncia por la intromisión, violenta, de sus hinchas, de los ultras del equipo del oeste de la capital argentina.
"Me parece que Vélez no quiere ganar, tiene ganas de cobrar", fue uno de los muchos cánticos contra jugadores por parte de los barra brava en la derrota ante Racing. Los futbolistas aguantaron, también Bassedas, pero todo cambió cuando los ultras argentinos quisieron acceder al vestuario. La policía local evitó un mal mayor, como recogió el medio local 'Café Veloz'.
La policía tuvo que llegar hasta la puerta del mismo vestuario para evitar la ola de violencia que los barra brava estaban creando. Fuerzas de seguridad y ultras se enfrentaron, con lanzamiento de gases lacrimógenos de por medio, provocando momentos de tensión en el Estadio.
Esto, desgraciadamente, no sería novedad, ya que es algo común en Argentina. La diferencia es que en esta ocasión el entrenador local, Christian Bassedas, se plantó y se negó a seguir en el club, para no amedrentarse ante la violencia de sus seguidores. "Bassedas me dijo que no sigue", explicó Raúl Gámez, presidente del equipo argentino, después del partido. "Trataremos de que siga y, si no, buscaremos alternativas porque el club siga adelante", añadió el mandatario. El esfuerzo ahora es convencer al entrenador, exjugador de Vélez y técnico desde noviembre de 2015, de que siga al frente del equipo. Las cosas, indudablemente, tienen que cambiar mucho en las gradas para que Bassedas reconsidere su opinión.