La FA Cup es esa competición que regala las cosas más inverosímiles que se puedan ver en el fútbol. Al fin y al cabo, es el torneo que permite que equipos muy humildes puedan enfrentarse a los conjuntos más grandes de Inglaterra.
Este lunes ese premio le tocó al Sutton United, un modesto equipo de la quinta división inglesa (Vanarama National League, lo que en España equivaldría al fútbol regional), que recibió en su estadio, el Gander Green Lane de Londres, al Arsenal. El equipo de Wenger, que venía de ser goleado en Champions, ganó 0-2, pero ninguno de sus jugadores fue el protagonista. Tampoco los que jugaron algún minuto. Las cámaras se fueron a por un portero de 45 años y 115 kilos de peso, meta suplente del Sutton.
Wayne Shaw ya se hizo famoso cuando su equipo eliminó al Leeds Uniteds y se clasificó para estos octavos de final donde se ha enfrentado al Arsenal. Pero esta vez el bueno de Shaw ha ido a más y ha dejado la imagen del partido. El portero no perdió la ocasión de cenar y cogió el bocadillo y, en el banquillo, se dio un atracón. El partido ya llegaba a su fin, el Sutton necesitaba un milagro para remontar y Wayne acabó a lo suyo, bocadillo en mano.
Muy querido por su afición, su peculiaridad le sigue dando minutos de gloria. No es para menos. En el fútbol actual (también en el antiguo) es imposible imaginarse un jugador de 45 años y con 115 kilos. Él lo ha hecho posible. Desde ese fútbol modesto que pocos siguen a lo largo del año, la FA Cup, la competición más antigua del mundo, regala que haya momentos como este.
El bocadillo, bien, diría Wayne Shaw. El partido ya fue otra cosa.