Sin capacidad para animar el fútbol de verano por ser incapaz de haberse consolidado y por su poco atractivo, la Copa Confederaciones regresa cuatro años después con el único atractivo de ver al hombre del momento, al próximo Balón de Oro y al jugador que tiene a media España pendiente de su futuro.
Cristiano Ronaldo debuta este domingo con su Portugal (17:00 horas, GOL, ante México) en un torneo que reúne a los campeones continentales más el mundial y que sirve como forma de preparación para el Mundial que se disputará el año siguiente en el mismo lugar.
Portugal, en el mismo grupo que Rusia y Nueva Zelanda (que este sábado abrieron el torneo en San Petersburgo con un 2-0 a favor de los locales), es la protagonista porque lleva en su equipo a Cristiano Ronaldo, que no ha querido abandonar a su país a pesar del cargadísimo calendario que ha tenido y tendrá. Por ejemplo, Low, seleccionador alemán, dejó a grandes figuras fuera y criticó el actual modelo: "Tres torneos en tres años (en referencia a la Eurocopa 2016, Confederaciones 2017 y Mundial 2018) es límite".
Importante será ver el estado de ánimo de Cristiano y su nivel en el campo y más cuando la temporada con el Real Madrid la acabó de la forma más brillante posible. El reto del portugués será aislarse de sus problemas con la Hacienda española, dejar sus deseos no oficiales de irse del Madrid y conseguir que, con su fútbol, se cierren todos los rumores y se centre en lograr un torneo que disputa por primera vez.
La calma de su selección
Una vez que conquistar el Mundial parece imposible para una selección como Portugal, ganar la Confederaciones para Cristiano es redondear una carrera en la que prácticamente ha ganado todo. Lo que le faltaba con su país ya lo consiguió el pasado verano y demostró que era capaz de ganar más allá de sus equipos. Él es la única figura relevante de la Confederaciones y la gran atracción en Rusia. Sin Cristiano, esta Copa no tendría ninguna trascendencia.
Héroe en Portugal, donde la Eurocopa ya le hizo ser eterno, Cristiano ha conseguido en su selección una vía de escape ante tantas malas noticias extradeportivas. "Pongo la mano en el fuego por Cristiano, por su carácter, su talento y su actitud como persona y como deportista. Es un hombre honesto. La selección apoya a Cristiano. Estamos muy unidos porque nos apoyamos incondicionalmente, explicó en rueda de prensa Fernando Santos, seleccionador portugués.
Para Cristiano y toda Portugal es la primera vez que disputan este torneo 'telonero' del Mundial se lleva celebrando desde 1992, llegando este año a su décima edición, aunque es desde 2005 cuando se cambió el modelo: se celebra un año antes del Mundial, en el mismo lugar y con ocho países: el campeón mundial, el europeo, el asiático, el de América del Sur, el de Norteamérica, Centroamérica y Caribe, el africano y el de Oceanía, además del anfitrión.
Además del Portugal - México, que se disputa en Kazán, este domingo también se juega el Camerún - Chile del grupo B (20:00), en el que también están Australia y Alemania. Los dos primeros de cada grupo pasarán a las semifinales. La final, el domingo 2 de julio, se jugará en San Petersburgo.
El ejemplo de España
Si bien su importancia es poca y una derrota no es una mancha en el currículum, por ejemplo para España si que esta Copa Confederaciones ha sido clave tanto para bien como para mal en las dos ediciones que disputó. En 2009 se presentó en Sudáfrica como claro favorita, aupada por el optimismo que había dado la Eurocopa un año antes, y se llevó un buen revolcón, eliminada por Estados Unidos en semifinales. Esa derrota acabó siendo clave, porque se rebajó la euforia, se pusieron los pies en la tierra y se fue al Mundial de un año después con más experiencia.
Peor fue la edición de 2013, a la que España acudió como campeona del mundo y de Europa y acabó goleada (3-0) en la final por Brasil (campeona de las tres últimas Confederaciones) en un partido que adelantaba los males de una selección que un año después también se estrellaría en el Mundial y más tarde en la Eurocopa de Francia.
Es precisamente esta Copa Confederaciones la que provoca que la mejor generaciones de jugadores españoles de la historia (desde Casillas hasta Villa pasando por Puyol, Iniesta o Xabi Alonso) no puedan decir que lo han ganado todo. En sus vitrinas tienen Ligas, Champions, Eurocopas, Mundial... pero no la Confederaciones, torneo oficial, disputado dos veces y que impide el pleno de todos los títulos jugados.
Eso es lo que quiere evitar Cristiano. Ya que se juega el torneo, hay que ganarlo. Y si lo logra, solo le faltará el Mundial, pero entendiendo que la selección portuguesa no tiene capacidad para conseguirlo, se podría decir que Ronaldo ya lo tendría todo. La importancia de lo que haga en Rusia es mayor de la que se preveía: Cristiano jugará también ante todo lo que le rodea, que no es poco.
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