Difícil de explicar lo que le ha pasado a Cristiano Ronaldo y a Portugal esta noche en Belgrado. El jugador de la selección lusa ha terminado abandonando el campo antes del pitido final y lanzando el brazalete fruto de la desesperación y del monumental cabreo que se ha pillado tras el grave fallo arbitral que ha perjudicado al conjunto luso.
La jugada en sí es de lo más surrealista. Centro desde la izquierda pasadísimo de Mendes y Cristiano aparece en el perfil derecho del área. Le gana la partida a su defensor y el portero de Serbia, en una salida pésima, deja parte de la portería descubierta. En ese momento, Cristiano, el más listo de la clase dentro del área, se aprovecha de la indecisión entre portero y defensa para rematar de primeras un balón bastante complicado.
Lo más complicado parecía resuelto. El remate aunque sin mucha fuerza, sí había sido de lo más preciso, ya que el balón se encaminaba despacio hasta la portería. Sin embargo, en ese momento apareció un defensor de Serbia, Mitrovic, que amenazaba con despejar el esférico y arruinar las ilusiones de Cristiano y de toda la selección portuguesa.
Efectivamente, el defensa serbio consiguió despejar el balón con una hábil sesgada, sin embargo, el esférico ya había sobrepasado la línea de gol con cierta claridad. Cristiano, que vio mejor que nadie el resultado de su disparo, celebró el tanto de la victoria. Era un gol salvador para Portugal en un partido que habían dominado por 0-2, pero que se llevarían en el último segundo.
Sin embargo, después de todo gol hay un ritual protocolario. El árbitro pita y señala el centro del campo para dar validez al gol y que el equipo contrario saque de centro. Pero eso no sucedió y la desesperación invadió a la selección de Portugal que no daba crédito a lo que estaba sucediendo en Belgrado.
El árbitro no había visto que el balón entrase, tampoco así su asistente de banda, por lo que el tercer tanto del partido, el gol de Cristiano, no subía al marcador y el '7' montaba cólera. Uno de los cabreos más importantes en toda su carrera deportiva, y eso que no han sido pocos fruto siempre de su ambición y de su voracidad.
Cristiano estalla
Los hay muy sonados y recordados, pero seguramente como este no habrá ninguno. Cristiano se volvió completamente loco y es que puede haber pocos crímenes mayores que quitarle un gol y una victoria a un jugador con el hambre de Ronaldo. El luso empezó a hacerle gestos a todo el mundo. Al árbitro, al juez de línea y hasta los operarios de seguridad que custodiaban el estadio. Pero nadie quería saber nada.
Cristiano, totalmente fuera de sí, empezó a agitar los brazos en señal de desaprobación, de vergüenza, de no entender nada en definitiva. Incomprensiblemente, en estos partidos de clasificación no hay VAR y por lo tanto, este tipo de atropellos pueden seguir pasando. Tampoco hay tecnología de la línea de gol, por lo que el tanto de Ronaldo jamás subiría al marcador.
Era además el minuto 94 a pesar de que se había añadido tres. En ese momento, al ver la situación, Cristiano no pudo más y se marchó literalmente del campo por uno de los fondos sin esperar ni siquiera al pitido final. Por el camino dejó otra imagen para la polémica porque llegó incluso a tirar el brazalete de capitán fruto del cabreo que estaba sufriendo. Segundos después el colegiado del encuentro pitó el final y los jugadores de Portugal se fueron a comer al árbitro, pero el 2-2 gracias a los goles de Mitrovic y Kostic para Serbia y de Diogo Jota para Portugal ya era inamovible.
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