El Chelsea se ha convertido en un polvorín en las últimas horas. Romelu Lukaku sorprendía al mundo del fútbol con una declaración de intenciones totalmente inesperada y pedía su marcha del gigante inglés. Una situación que nadie podía prever y que ha pillado totalmente desprevenida a la dirección del club.
El delantero belga llegó este verano procedente del Inter de Milán después de que Roman Abramovich pusiera sobre la mesa 115 millones de euros. Mientras todos los grandes del fútbol mundial se peleaban por nombres como Cristiano Ronaldo, Harry Kane o Erling Haaland, el Chelsea abrió otra vía, la del regreso de su exdelantero, y cerró la operación con celeridad.
Después de salirse en el Inter y en la selección belga, parecía el momento adecuado para que Lukaku diera el gran paso y acudir a un equipo fuerte de verdad. Con los italianos en plena crisis económica, esa enorme cantidad de dinero y el hecho de ahorrarse su ficha fue una situación que no pudieron, ni quisieron rechazar.
Sin embargo, quien sí se arrepiente ahora de haber llegado al campeón de Europa es el propio jugador, que parece no estar contento con el protagonismo que le da Thomas Tuchel. El entrenador alemán, que ha alcanzado su mayor éxito en Stamford Bridge después de una mala experiencia en el PSG, ha creado un equipo que es una roca defensivamente, pero al que le falta brillo en ataque.
Ni Tammy Abraham ni Timo Werner han conseguido convencerle y el equipo va alternando diferentes opciones en la delantera hasta dar con una solución. Se esperaba que Lukaku fuera ese eslavón que le faltaba en la cadena, pero ahora se ha rebelado y pide una salida y, más concretamente, un regreso a Italia.
Estas palabras han sorprendido, y dolido, a su actual entrenador, que a juzgar por lo que puede ver de Lukaku no entiende su petición de salida y así se lo ha hecho saber a través de unas fuertes declaraciones en la rueda de prensa previa al duro partido contra el Liverpool de la Premier League.
Tuchel responde a Lukaku
"Sinceramente, no me gustaron. Trae ruido que no necesitamos. No queremos hacer más bola del asunto. Hablaremos con Lukaku de puertas hacia adentro. Me sorprende porque no lo veo infeliz, al contrario. Sus palabras no reflejan su actitud en el día a día de Cobham".
En vista de la situación, y del incendio que se está creando en un vestuario que permanecía unido, Tuchel quiso echar el freno, aunque sabía que ya era demasiado tarde: "Es fácil sacar declaraciones de contexto y hacer titulares con ellas. Lo discutiremos para ver qué está pasando".
Lo cierto es que el Chelsea se enfrenta ahora a unos meses realmente complicados porque su plantilla podría quedar diezmada. En defensa, el campeón de Europa está muy cerca de perder a Rudiger, rumbo al Real Madrid, y a César Azpilicueta, rumbo al FC Barcelona. Además, Thiago Silva y Christensen también terminan contrato y no han renovado aun. Y por si esto fuera poco, ahora Lukaku pide marcharse.
[Más información: Mbappé, Haaland y Vinicius, el reto del Real Madrid en 2022: la gran delantera del mercado]