La selección rusa de fútbol quiere plantarse tras los castigos recibidos en las últimas semanas tras la apertura del conflicto bélico que ha llevado cabo su país en territorio ucraniano. Los delirios del presidente Vladímir Putin han provocado que en muchos deportes de produzcan sanciones contra equipos, selecciones y también deportistas a título individual.
Los últimos que se han visto perjudicados por este tipo de decisiones han sido los tenistas rusos y bielorrusos, que no podrán disputar el Grand Slam de Wimbledon ni ningún torneo en suelo británico. Algunas de las primeras sanciones llegaron en el plano futbolístico y es que la selección de Rusia fue vetada ante su participación en la próxima Copa del Mundo de Qatar 2022.
Sin embargo, no solo la selección pagó las consecuencias, también sus equipos, a los cuales se les prohibió su participación en competiciones como la Champions League, la UEFA Europa League y la Conference. Por ello, los directivos del fútbol soviético que están al mando de la federación nacional se plantean un cambio realmente importante. Se aviva la posibilidad de abandonar la UEFA y entrar a formar parte de una nueva confederación, concretamente la asiática.
Así lo ha confesado Dmitry Pirog en la televisión estatal Match TV, quien asegura saber que este pensamiento está sobrevolando ya las cabezas de los dirigentes más importantes del fútbol ruso: "Creo que ha llegado la hora de pensarnos seriamente un posible cambio a la AFC, la Confederación Asiática de Fútbol".
Una posibilidad que supondría un cambio revolucionario en el mundo del fútbol y con el que Rusia intentaría poner fin al veto que se ha producido por parte de muchas instituciones. Seguiría formando parte de la FIFA, lógicamente, pero abandonaría el estamento de Aleksander Ceferin, quien este curso les ha dejado además sin la organización de la final de la Champions, la cual estaba fijada en la ciudad rusa de San Petersburgo.
Un cambio muy polémico
Rusia valora seriamente esta posibilidad ya que sus relaciones con el fútbol asiático son muy grandes, no solo por cuestiones obvias de proximidad. Por ejemplo, en ligas como las de China ya hay muchos futbolistas y entrenadores que están perfectamente integrados en este nuevo fútbol que pretende abrirse paso. Para Asia también podría ser un motivo de promocionar su fútbol al recibir a una selección que pasaría a ser, con diferencia, la más fuerte de su confederación.
Sin embargo, esto no solo implicaría un cambio a nivel de selecciones, si no también de clubes, ya que los equipos rusos dejarían de jugar competiciones como la Champions o la Europa League para jugar la Champions de Asia. Sin embargo, no todos están a favor de este cambio. El expresidente de la federación rusa, Vyacheslav Koloskov, afirma que para él no sería una buena decisión: "Si vamos a Asia nunca volveríamos a Europa y supondría la muerte del fútbol ruso".
El caso de Rusia sería llamativo, pero no el primero que se produce en situaciones similares. La situación más recordada es la que se produjo con Israel tras sus conflictos con países árabes y que provocó su salida precisamente de la confederación asiática. Ahora forma parte de la UEFA, pero llegó incluso a disputar la clasificación para el Mundial por la parte de Oceanía en los años 80.
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