Neymar es la cara y la cruz del fútbol. El brasileño es igual de rescatar a su equipo que de condenarle. Su calidad la mezcla con su mala cabeza. Y eso no ha cambiado en París. Sigue igual que en Barcelona.
El exdelantero culé fue expulsado en el partido del PSG ante el Olympique de Marsella, un encuentro que a última hora salvó para los parisinos Edison Cavani, precisamente uno de los jugadores con los que más problemas ha tenido Neymar desde su llegada a París. El uruguayo marcó en el último minuto del duelo en el Velodrome e hizo un empate (2-2) que evitó la primera derrota del PSG en toda esta temporada.
Pero el protagonismo fue otra vez para Neymar, que personificó las dos caras del fútbol. Marcó en el minuto 33 con un gran disparo cruzado justo cuando su equipo más sufría. Ya perdía por 1-0. El brasileño recuperó esa figura decisiva y determinante y se echó a su equipo a las espaldas. Pero todo eso fue olvidado cuando en el tramo final del partido, con el PSG perdiendo (2-1) le dio otro de sus ataques y provocó su expulsión.
Con una tarjeta amarilla ya, Neymar se quejó de una falta de Ocampos en el centro del campo y respondió con un forcejeo, encarándose con el rival y llegándole a tirar al suelo. El futbolista del Marsella exageró, motivo por el que se llevó la amarilla, pero eso no invalidó la acción de Neymar. El brasileño vio la amarilla, era la segunda y, por tanto, expulsión.
Esa acción fue en el minuto 87, por lo que Neymar volvió a olvidar el momento tan determinante del partido, con el PSG buscando un punto que finalmente consiguió con la falta anotada por Cavani, ya sin Neymar en el campo.
Esta expulsión se asemeja mucho a la última que sufrió, todavía como jugador del Barcelona. Fue en Málaga, con el Barça jugándose la Liga. En aquella ocasión aplaudió al árbitro tras ser expulsado. Este domingo también lo hizo en Marsella.