Durante los años dorados de la selección española de fútbol (2008-2012), parte del independentismo catalán (políticos, prensa...) lanzó una idea basada en que España ganaba gracias a sus jugadores. El discurso llegó a calar en alguna figura futbolística internacional, como Éric Cantona, que llegó a asegurar que "España no ganó el Mundial, lo ganó Cataluña".
Eran entonces años en los que el movimiento secesionista no estaba tan en auge como en la actualidad y mucho menos en una situación como la presente, tras la celebración de un referéndum ilegal y a días de declarar unilateralmente la independencia. Eso lleva a imaginarse, aunque sea de manera remota, a una España sin futbolistas catalanes.
Antes de analizarlo, conviene aclarar que, según la Ley de Transitoriedad, suspendida por el Tribunal Constitucional, los habitantes de Cataluña también tendrían la nacionalidad española. Además, el Comité Olímpico Catalán, un organismo no reconocido internacionalmente a día de hoy, explicó que en una Cataluña independiente sus deportistas tendrían que elegir si quieren competir con España o con Cataluña.
Cuatro razones por las que 'La Roja' resistiría sin catalanes
Dando por válida la opción de que todos los futbolistas catalanes (y más los actuales internacionales con España) eligieran jugar con una futura selección catalana y no con la española, 'La Roja' se vería mermada, ya que pierde jugadores claves, pero las bajas no serían ni mucho menos alarmante por cuatro razones: la base de la selección no está ya en el bloque catalán (Puyol, Piqué, Capdevila, Xavi...), actualmente son tres los catalanes titulares con España (Piqué, Jordi Alba y Busquets), todos, excepto Busquets, tienen recambios de garantías y los tres son hombres de pasado y presente, pero muy difícilmente de futuro (quizá puedan aguantar hasta la Eurocopa 2020 o el Mundial 2022 como máximo).
En los últimos años se ha confundido jugadores del Barcelona, que sí fueron la columna vertebral de la España campeona, con jugadores catalanes: David Villa, Pedro Rodríguez o Andrés Iniesta, piezas clave en el triunfo en el Mundial de Sudáfrica, eran culés, pero no catalanes (asturiano, canario y castellano-manchego respectivamente). Quizá ese error ha sido el que ha alimentado la idea de una España excesivamente frágil sin los jugadores catalanes.
Pocos catalanes en el presente y futuro de 'La Roja'
Si analizamos la actual España de Lopetegui, los mencionados Piqué, Jordi Alba y Busquets fueron los catalanes que jugaron en el partido que bien podría representar a ese equipo, el más difícil de los que tuvo, ante Italia hace ahora un mes. Ese día la figura fue Isco (andaluz) y el centro del campo, símbolo de nuestra selección, estuvo compuesto, además de por el madridista y por Busquets, por Koke (madrileño), Iniesta (castellano-manchego), David Silva (canario) y Marco Asensio (balear). Los goles, además, no tienen sello catalán últimamente: de los últimos 15, ninguno fue de un jugador catalán (el último fue el de Deulofeu en un amistoso en París).
Si alguien piensa en los jugadores de futuro de España, ninguno de ellos es catalán. Son Kepa (vasco), Saúl Ñíguez (valenciano), Marco Asensio (balear), Denis Suárez (gallego), Dani Ceballos (andaluz), Álvaro Odriozola (vasco), Sandro Ramírez (canario), Jesús Vallejo (aragonés) o Marcos Llorente (madrileño). Jugadores catalanes solo aparecen en el horizonte Marc Bartra, Héctor Bellerín, Pau López o Gerard Deulofeu, pero ninguno de ellos, a excepción del primero, todavía ha 'cuajado' en la selección como para contarles como titulares indiscutibles en un futuro.
La aparición de todos ellos deberá tener el 'permiso' de jugadores que ya son presente de España y fijos en las convocatorias de Lopetegui: a los ya mencionados del centro del campo se les uniría De Gea (madrileño), Carvajal (madrileño), Morata (madrileño), Iago Aspas (gallego) o Azpilicueta (navarro).
Piqué y Alba tienen sustitutos, Busquets no
Si se notaría el adiós de catalanes en la selección en la línea defensiva, donde Jordi Alba y Piqué llevan siendo fijos desde hace un lustro. Pero son también estos puestos en los que hay alternativas de calidad. A Piqué le puede suplir Nacho, que esta temporada la ha comenzado mucho mejor que el central culé, y a Alba laterales como Escudero o Marcos Alonso, que son los que mejor en forma están y que sorprende que sigan siendo olvidados por Lopetegui.
El único que no tiene un recambio real es Busquets, jugador básico desde el Mundial 2010 y al que España todavía no ha encontrado heredero. Nombres hay, como Illarramendi o Marcos Llorente, pero el primero fuera de la Real Sociedad no ha demostrado aún su valía y el madridista es todavía muy joven. Cabe apuntar que Busquets dijo este miércoles que su intención es "seguir jugando muchos años con la selección".
Por lo tanto, una España sin catalanes bajaría su nivel, es indudable, pero ni sería alarmante ni perdería las mismas opciones de ganar un Mundial o una Eurocopa que tiene hoy, ya que sus bases no son ya Xavi o Puyol, sino Isco, Asensio, Koke o Saúl.
Como dato histórico, España ganó la Eurocopa en 2008 con cuatro catalanes (Puyol, Capdevila, Xavi y Fàbregas), el Mundial 2010 con cinco (Piqué, Puyol, Capdevila, Busquets y Xavi) y la Eurocopa 2012 con cuatro (Piqué, Jordi Alba, Busquets, Xavi y Fàbregas). En esos años sí eran la base. Ahora no.
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