La camiseta podrá tener su debate, pero el fútbol de España no. Justo en el momento más decisivo, en los meses previos al Mundial y los últimos partidos para prepararlo, España ha conseguido volver a tener un estilo reconocido tras varios años de desorden que llevó a los desastres de Brasil 2014 y Francia 2016. La goleada a Costa Rica pasa a un segundo plano si se compara con las sensaciones que deja. [Narración y estadísticas: España 5-0 Costa Rica]
Sin que el 'bolo' de este sábado en Málaga sirva como examen, algunas cosas deben alegrar a una España que poco a poco reengancha a los aficionados que perdió en los últimos años: ambición, buen fútbol, orden, estilo propio y goles. Todo mezclado devuelven a La Roja al primer plano mundial, favorita a todo si sigue así. Cuando ofreces más y no te quedas en la victoria sino que buscas más goles, la afición lo agradece. Aunque en La Rosaleda alguien tenía más protagonismo.
Pocas veces ha tenido un futbolista tanto cariño de su pueblo como Isco en Málaga. El caso del jugador del Real Madrid es ya la cara más amable fútbol español. Ante la división que provoca Piqué, también pitado este sábado, La Rosaleda regaló una fiesta difícil de olvidar para Isco. En un día de homenaje a Chiquito de la Calzada, otro malagueño universal puso en pie a la capital de la Costa del Sol.
En la plácida goleada a Costa Rica, Isco acabó siendo la estrella porque lo que más se escuchó fue el cántico de 'Isco, Isco, Isco'. Sonó eso más que el grito de gol, y eso que hubo varios. La Rosaleda abrazó a su futbolista más ilustre y al que mejor está en la actualidad. Sin marcar, volvió a dirigir el juego de una España alegre, con juego más dinámico y con un futuro más prometedor que el de hace unos meses. 'La Roja' ha mejorado y, aunque sea todavía pronto para sacar conclusiones, es favorita para el Mundial.
Se gustó el equipo de Lopetegui ante un rival que también estará en Rusia pero que por lo visto en La Rosaleda (con varias bajas, eso sí) sufrirá mucho en el Mundial. Costa Rica se presentó con un portero llamado Dany Carvajal (Keylor Navas está lesionado) y ya las bromas estaban aseguradas. Al tocayo del lateral del Real Madrid le tocó aguantar el vendaval español. Se llevó cinco y debe estar contento. Pudieron ser muchos más.
Marcó Álvaro Morata, que sigue luchando por ese puesto que sigue en duda para Lopetegui. En cada partido cambia la ficha y esta vez le tocó al madrileño, que aunque 'mojó', también falló otras dos claras. El delantero del Chelsea va primero en un casting al que habrá que ver si se suma Diego Costa en marzo, siguientes compromisos de la selección española, los últimos antes de la lista definitiva para el Mundial.
La goleada la abrió Jordi Alba en el minuto 6 con una jugada que representaría bien lo que sería el partido: fácil asistencia por banda de David Silva y cómodo remate de Jordi Alba dentro del área, sin oposición y con una defensa excesivamente dormida. Con todo ya a favor, España apenas tuvo problemas (solo se registró una acción de peligro de Costa Rica) y tuvo una diferencia respecto a la que dejó Del Bosque: quiso más. Fue a por más goles.
Tras el mencionado 2-0 de Morata y el descanso, llegó el turno de un David Silva titularísimo con Lopetegui y que en esta España es vital, a pesar de que no goza de tantos titulares ni tantos focos mediáticos. Marcó dos goles el jugador del City y sentenció un partido ya finiquitado muchos minutos antes. También se sumó a la fiesta el héroe de esta España que se resiste a dar sus últimos bailes. Iniesta puso el último gol, quizá como epílogo a lo que puede venir en los próximos meses. Por último, quedó el homenaje final a Isco, que se fue antes de tiempo al banquillo por una lesión todavía por saber si es grave o simple un susto.
Con gritos de 'Viva España', Málaga se despidió de una España que se sintió muy cómoda en La Rosaleda. Siempre fue el malagueño un público que empujó a su país. Y, ahora, con un jugador criado ahí como emblema de la selección, con más razón. Ganó España y ganó Isco. Si sigue esta relación, bien puede acabar en un Mundial para todos.