Brasil ya está en el Mundial y lejos de dar un golpe, siguió el guión de lo que está pasando en el torneo. No ganó España, tampoco Argentina, perdió Alemania y ahora no vence Brasil. De las favoritas solo se salvó Francia, que ganó con sufrimiento y con la tecnología, a Australia. La 'Canarinha' también se atascó. [Así te hemos contado el Brasil 1-1 Suiza]
No pudo Brasil con Suiza, que vuelve a amargar el debut de una favorita en el Mundial. Lo hizo en 2010 con España y repite hazaña ocho años después. Así son los helvéticos, un combinado muy bien plantado, lejos del gran nivel pero al que cuesta un mundo hacerle un gol. Los europeos aguantaron a una Brasil que fue de más a menos. Y eso en un Mundial no vale ya.
Los de Tite empezaron arrollando, presentaron credenciales y cuando tuvieron el resultado a favor fueron bajando el ritmo hasta verse acorralado por un empate que si bien no debe levantar alarmas si debe ayudar a reflexionar no solo a ellos, sino al mundo del fútbol: en un Mundial lo de no hay rival pequeño no es un tópico, es una realidad. Un arreón final, con dos ocasiones claras (Firmino de cabeza y Miranda en un remate pegado al palo), no valió para ganar. En realidad, esos dos remates fueron de los pocos que los brasileños acometieron en la segunda parte.
Se adelantó Brasil con un exquisito gol de Coutinho, de lo poco potable de una Brasil que se estrelló ante su propia euforia y también a las expectativas. El futbolista del Barcelona regaló al Mundial uno de los mejores goles de los que van hasta ahora (el mejor, coincidirán, fue la falta de Cristiano). Fue un disparo desde la frontal del área, escorado, cogiendo rosca y por la escuadra. Un gol fiel a lo que es Coutinho.
A falta de Neymar, que hizo un partido horrible (lo único destacable fue un remate de cabeza centrado en el 87'), Coutinho fue lo más peligroso de Brasil, aunque no es que el culé completara el partido de su vida. La comparación con sus compañeros le eleva. Pero, al menos, lo intentó, creó alguna ocasión y dio sensación de peligro ante una Suiza que demostró a la perfección lo que es y lo que ya sacó en su amistoso de preparación ante España.
Los helvéticos están lejos del primer y segundo escalón mundial, pero son un combinado perfectamente trabajado, con las ideas muy claras y un planteamiento definido: rocosos, bien colocados en defensa y aprovechando las pocas ocasiones que tienen ataque, generalmente viviendo del balón parado. Así consiguieron rascar un punto que seguramente ni ellos se lo imaginarían. Vinieron a por una segunda plaza de grupo que debían luchar de forma directa ante Costa Rica y Serbia y empiezan con un empate a Brasil que les hace soñar con octavos.
Suiza, que ya ganó a España en su debut en 2010, empató con un remate de cabeza de Zuber que dejó dos cosas en duda: la fiabilidad del portero Allison, en la agenda del Real Madrid, que se quedó parado en la línea, sin salir y vendiendo a su defensa; y el VAR, que no se aplicó en esta acción, que fue un empujón del goleador, para así rematar a placer, a Miranda.
Otro pinchazo de una favorita que, sin embargo, no huele a batacazo. Brasil no es que estuviera mal, aunque lógicamente tiene muchas cosas que mejorar, y los de Tite tienen un grupo 'fácil', con dos próximos partidos (Costa Rica y Serbia) que deberían ser más cómodos que ante Suiza. Eso sí, ya saben lo que tienen. El favoritismo se gana en el campo.
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