Nada le sale bien a Qatar. Ha organizado de manos de la FIFA el Mundial de la infamia entre serias sospechas de corrupción y sobornos. Se trata de un país señalado por el planeta entero por sus inaceptables políticas. Y para colmo, su selección ha sido la primera eliminada en la competición convirtiéndose en la peor anfitriona de la historia a pesar de todo el dinero, de todos los recursos y de todo el tiempo que habían invertido en hacer de su vestuario un equipo campeón.
Sin embargo, a medida que se rasca un poquito se sacan más cosas negativas de este Mundial para el organizador. Ni siquiera con el tratamiento del calor han conseguido acertar. El motivo principal por el que la competición ha sido trasladada a los meses de noviembre y diciembre era por el intenso calor desértico que hace en el país durante los meses de junio, julio y agosto.
En la época estival, las temperaturas no bajan de 40 grados y en algunos sitios se hacen insoportables debido a que los niveles de humedad pueden llegar a rozar hasta el 80%. Jugar así hubiera sido un riesgo altísimo para la salud. Por ello, además de cambiar la Copa del Mundo de fecha a una parte del año en el que las temperaturas bajan hasta los 25-30 grados, han decidido implantar unos sofisticados sistemas de refrigeración en los estadios para que los aficionados y los jugadores puedan estar a gusto. Sin embargo, se les ha ido la mano con el botón del frío y están provocando una auténtica catarsis climática en muchos campos.
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Frío en el desierto
Aunque parezca increíble, Qatar se queja de frío. O mejor dicho, los aficionados al fútbol que están llenando de vida el país durante estos días de Mundial. Ellos ya han dado la voz de alarma porque en los estadios hace demasiado frío. Especialmente por el increíble choque térmico que sufren dentro de los campos. Están fuera, animando a sus equipos, bailando y cantando a unos 30 grados y de repente pasan a estar dentro, sentados y quietos mientras la temperatura llega a bajar entre 7 y 10 grados haciendo de cada encuentro una tortura térmica.
El amplio contraste de temperatura está provocando que muchos de ellos no puedan disfrutar del fútbol e incluso que lleguen a enfermar. Las condiciones de humedad y viento que se han producido en algunos partidos desde que arrancó el duelo inaugural Qatar - Ecuador tras la ceremonia de apertura ha provocado que hayan llegado muchas críticas a la FIFA y la organización del campeonato.
Urge encontrar una solución para que los aficionados no paguen las consecuencias de tener que acudir a un país en el que el calor fuera y el frío dentro hacen más ruido que los goles y el espectáculo. Estas quejas, que se han multiplicado en las gradas, se han trasladado también al césped, ya que algunos jugadores también han afirmado que las condiciones que se han conseguido recrear dentro son extremadamente frías.
En algunos campos como el Al Bayt, donde se han disputado algunos partidos como el de inauguración, las temperaturas no superan los 22 grados y su localización costera provoca que aguantar los 90 minutos dentro sea un riesgo constante para la salud. Especialmente si se tiene en cuenta que muchos aficionados acuden a él ligeros de ropa porque fuera se pueden llegar a superar los 30 grados. En otros recintos, los termómetros no pasan de los 20.
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El medio informativo AP News se ha dedicado a recopilar testimonios de aficionados que denunciaban las condiciones de frío que hay en los estadios y uno de los hinchas entrevistados ha causado sensación ya que aseguraba que procedía de Chicago y que, por lo tanto, conocía de sobra lo que es el frío. Sorprendentemente, aseguraba estar pasándolo mal dentro de los coliseos qataríes: "La verdad es que por las noches hace bastante frío y se complica con el viento". Las banderas y bufandas que deberían utilizarse para animar a las selecciones se han convertido en el mejor escudo para protegerse de esta situación.
Respecto a los equipos, algunas selecciones como Inglaterra también han hablado de esta situación. Ellos temían al calor más que otros equipos y por ello encargaron dispositivos de nebulización para sus jugadores para así combatir las altas temperaturas sobre el campo. Sin embargo, los sistemas de refrigeración de los estadios han dado completamente la vuelta a la situación haciendo de ellos también un problema.
Problemas con 'Doctor Cool'
Cuando Qatar aseguró que el calor no sería el problema de este Mundial porque tenían una solución bajo la manga no mentían. Lo que no esperaban es que el problema pasara a ser el frío. Los nuevos estadios qataríes se construyeron significando cada uno una maravilla arquitectónica y tecnológica mayor que el anterior. Están situados en lugares específicos y cuentan con unas estructuras y morfologías claves para jugar con los flujos de aire y así evitar que el aire caliente del exterior se colara lo menos posible en el terreno de juego y en las gradas.
Era como crear un estadio cerrado, pero sin hacerlo. Esa era una de las claves del plan de 'Doctor Cool', el ingeniero encargado de diseñar todos los dispositivos de refrigeración de los campos del Mundial. Sin embargo, parece que se les ha ido la mano a este ingeniero que responde al nombre de Saud Abdulaziz Abdul Ghani y a todo su equipo.
'Doctor Cool', miembro de la Universidad de Qatar, se inspiró en el sistema de refrigeración de un Ford Mondeo para estructurar todo su proyecto. Este se sustentaba en dos pilares: una combinación de aislamiento y su nuevo sistema definido como "refrigeración dirigida" que convierte cada estadio en una burbuja que mantiene el frío en su interior. Un frío que ahora es desmedido, incómodo y perjudicial.
Este sistema sostenible funciona desde dos horas antes de los partidos para crear una atmósfera fresca y un ambiente purificado con un aire limpio que dibuja un entorno favorable incluso para los alérgicos. Y todo alimentado con placas solares. Una idea que parecía no tener fisuras hasta que el excesivo frío se ha convertido en el protagonista.
Antes del arranque de la Copa del Mundo, 'Doctor Cool' defendía que "en el futuro, por la seguridad de los jugadores, los estadios climatizados se convertirán en la norma". Sin embargo, ahora su sistema está provocando más críticas que alabanzas, lo que indudablemente sugiere que necesita algunos retoques.
Los famosos difusores que crean estos frescos ambientes se han colocado bajo los asientos de los espectadores y rodeando el campo de juego. Saud Abdulaziz Abdul Ghani esperaba que su trabajo fuera "un legado para Qatar" que se pudiera usar "las 24 horas del día, los 7 días de la semana y los 365 días del año". Sin embargo, ha terminado siendo un objeto de críticas más que ya está siendo revisado para intentar acabar con las quejas antes de que se llegue al ecuador de los 64 partidos del Mundial.