Cuando todos pensábamos que la Premier League sería un paseo para el Manchester City comenzó una racha que sigue dejando en evidencia que los de Guardiola tienen trabajo por delante, un equipo en plena transformación. Pero el otro lado de la ciudad no tiene motivos para sacar pecho. Si los de Pep están en su peor momento, los pupilos de José Mourinho no están mucho mejor. El Chelsea les ha arrollado 4-0 sacando a la luz más dudas para un United que se aleja de la cabeza de la tabla. Casi un mes lleno de decepciones para ambos.
Una serie de resultados que parece más sangrante aún para el Manchester United si atendemos a la entidad de los rivales. Las cifras citizen están muy influidas por la gran bofetada que fue el 4-0 del Camp Nou. Un clima enrarecido en los dos equipos de la ciudad pero causas muy distintas.
Los problemas para Guardiola
Cuando el City sufrió la primera derrota de la era Guardiola a manos del Tottenham, el técnico catalán expuso en rueda de prensa un análisis muy insistente en la diferencia del físico, como los medios del cuadro londinense no dejaron de correr y el sistema de pases citizen se cortocircuitó. Desde entonces la fórmula se ha repetido con el trivote muy físico que plantó el Everton, la impotencia vista contra un Southampton que ha juntado a tres medios de mucho despliegue (Davis-Romeu- Clasie) o con el despliegue y la presión que ejercen Luis Suárez y Neymar castigando cada error. Ese aspecto ha sido clave ante un Gündogan todavía fuera de forma y con unos centrales muy técnicos pero poco contundentes al choque, en especial Stones.
La concentración en el inicio de partido. Cinco han sido los pinchazos del Manchester City esta temporada y en cuatro de ellos recibió al menos un gol en la primera media hora de partido, además en todos ellos encajó el primer tanto del partido. Ir a contracorriente con un estilo que ya no sorprende tanto como en los primeros días de la temporada ya que los rivales han tenido más material para estudiar y adaptarse se está notando, quizás por ello estamos viendo a Guardiola apostar más por otros esquemas como el 3-5-1-1.
La baja de Agüero tampoco ha ayudado, el argentino era el gran argumento para ganar incluso en los días malos pero sin él ha faltado puntería y el Kun todavía no está al 100%.
Los errores propios del cambio. La salida de balón que quiere Guardiola conlleva un aprendizaje y unos riesgos. Los fallos se han visto desde los primeros días pero ahora se nota el nerviosismo cuando el balón se juega cerca del área propia y, de hecho, los últimos partidos se han complicado con regalos al rival.
Los problemas para Mourinho
El sistema ofensivo. Sí, es demasiado genérico mencionar esto, pero si repasamos los tres choques grandes que ha tenido el United en esta Premier apenas hemos disfrutado de acciones interesantes en la delantera de los red devils. Ibrahimovic nunca ha terminado de encontrar acomodo a su fútbol, pero ahora, sin la puntualidad de los más grandes, todo se acentúa: en sus 15 primeros tiros con el United marcó 4 goles, desde entonces ha disparado 27 veces y no ha anotado.
De hecho el sueco acaba retrocediendo mucho (contra el Chelsea sólo el 3% de sus toques de balón fue en el área rival). Si Mourinho no quiere dar libertad a las bandas para que Ibrahimovic ejerza de asistente como en el 4-3-3 que usaba el PSG la solución recae en dar más protagonismo a Rashford y Martial para pisar área. Cuando eso fluya y permita que Ibrahimovic y Pogba no se molesten el United conseguirá plantar cara a los grandes.
Las elecciones para el centro del campo. Mourinho demuestra fe ciega en Fellaini y el belga ha dado soluciones puntuales contra ciertos rivales, pero también muchos problemas. En el juego aéreo es el mejor, pero si tienes como centrales a Bailly y Smalling pocos equipos van a someter en ese aspecto. Las últimas actuaciones de Ander Herrera demuestran que el medio español puede ayudar en la labor más oscur, aunque falta ese liderazgo y capacidad de organizar a sus compañeros. Jugadores como Carrick o Schneiderlin parecen una solución más coherente si lo que se quiere es equilibrio y fluidez con el balón.
Además, cualquiera de esos reemplazos facilitaría una salida de balón más ordenada que junto a Ander Herrera permitiría a Pogba esperar más cerca del campo rival y no obligarle a desgastarse en zonas donde no muestra su mejor versión. El mediocampo actual muestra lo inconcluso del United de Mourinho, en el que todavía no sabemos qué quiere o por qué no aprovecha para imponer el ritmo bajo que le beneficia a través de la posesión, en lugar de dejarse llevar a donde más le cuesta a su equipo.
El próximo choque servirá para zanjar de golpe la crisis, no tanto en realidad futbolística pero sí en lo anímico y psicológico. Tanto por plantilla como por ideas claras el City de Guardiola es mucho más equipo, ahora bien esa claridad en el estilo no está reñida con cambiar. Pep demuestra más cintura para variar y solucionar problemas, en cambio Mourinho, quien ha modificado ciertas problemáticas sin balón, no se demuestra flexible para dar carpetazo a muchos de los problemas en ataque que van más allá de la puntería (o falta de la misma) de Ibrahimovic.