Si el City quiere la Premier debe empezar con una victoria que haga olvidar el ridículo de la jornada anterior. No se acaba la vida en el partido de esta semana pero sí la esperanza. El Tottenham visita Manchester en su mejor momento de forma y los de Guardiola están faltos de autoconfianza. En especial en su portería.
El Everton tiró cuatro veces a puerta y acertó las cuatro. Un dato que es más que una casualidad con el actual Claudio Bravo. Liverpool y Arsenal también le marcaron el 100% de sus tiros a puerta, el Chelsea anotó 3 goles en 4 disparos a meta y sus sensaciones en el juego aéreo no han mejorado. En los últimos ocho partidos Claudio Bravo ha hecho 7 paradas y ha encajado 13 goles, una estadística difícil de empeorar: le han marcado más del 50% de los tiros a puerta recibidos en Premier desde el 3 de diciembre. Sin tapujos, un coladero.
Si utilizamos la tecnología de los Expected Goals (cálculos que miden la calidad de las ocasiones y probabilidad de gol) el Manchester City debería haber recibido 7,9 goles en lugar de los 13 que ha encajado –últimos ocho partidos-, es decir, Claudio Bravo ha estado por debajo del nivel y ha recibido goles en ocasiones que eran ‘probables’ de parar.
La diferencia con la zona noble de la tabla
El Chelsea ha vuelto a la senda del triunfo, el Tottenham está en racha, el Liverpool ha recuperado a Coutinho, al Arsenal se le caen los goles casi sin querer y el United ha conseguido solidez defensiva. Sólo el City está peor que hace un mes. Dentro de las diferencias estilísticas de cada contendiente al título, el City no resiste la comparación en su portería. Incluso el Liverpool probando a Mignolet y Karius ha obtenido cierta solvencia. Si atendemos a los últimos 24 disparos a puerta recibidos vemos que la efectividad de Bravo (disparos a puerta que no fueron gol / total disparos a puerta) está muy lejos de lo que esperamos de un portero del top 6 de la Premier.
El sábado habrá un nuevo examen para el guardameta chileno. Tendrá que enfrentarse al Tottenham, el equipo cuyo ataque es uno de los mejores definidores del campeonato: Harry Kane, sólo a un gol de Ibrahimovic en la tabla de goleadores, marca el 25% de sus disparos en Premier y Dele Alli, el centrocampista con más goles en Premier, anota el 20%. Registros que chocan con el peor momento del peor Claudio Bravo. De hecho, si analizamos su dato global de la temporada las cosas no mejoran, The Guardian publicó un dato demoledor, el chileno tiene el cuarto peor promedio de paradas en la historia de la Premier (55,4%).
La apuesta decepcionante
Siempre se ha dicho que para ser portero hay que estar un poco loco y tiene mucha parte de realidad. En especial los metas del fútbol inglés tienen que acostumbrarse a un hábitat más complicado. Lluvias de disparos por la permisividad defensiva, infinidad de balones colgados y codazos a los riñones, choques arrolladores que en otras ligas siempre son falta. En Inglaterra tienen que chocar, recibir el golpe, aguantar el dolor y nunca soltar el esférico. Hay algo típico en la siempre tragicómica escuela de porteros ingleses, en corto sólo se juega con la mano. El fútbol ha evolucionado y a los guardametas de Las Islas les ha cogido a contrapié, incluido a Joe Hart, quien venía de su mejor temporada –una Champions sublime- pero que lo afeó con una pésima Eurocopa.
La llegada de Guardiola ya contemplaba la salida de Hart, se necesitaba un portero que supiera jugar con los pies y que entendiera una filosofía ajena a cualquier portero inglés cercano a la treintena. Desde el plano táctico es un cambio más que lógico. La apuesta estaba clara, llamar al Barça y que vendiera a uno de sus porteros. El elegido fue Claudio Bravo quien se convirtió inmediatamente en el fichaje más caro de la historia para un jugador mayor de 32 años.
La apuesta de Guardiola no cesó ahí, el entrenador tomó su primera decisión controvertida con la afición: mandar fuera al único jugador del City pre jeques, no sólo su salida, sino que de los 6 millones anuales que cobra Joe Hart cuatro los sigue pagando el Manchester City mientras dure su cesión en el Torino. Es decir, la apuesta total fue 18 millones por Bravo, más su sueldo, más el 66% del salario de su ex meta Hart. Todo para que el chileno esté ganándose a pulso la suplencia. El proyecto de Guardiola está sufriendo más de la cuenta y buena parte de culpa es de su portero.
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