Si la Premier League tuvo que demostrar en la mejor liga del mundo con este partido, que se vaya olvidando de serla. El derbi de Manchester decepcionó porque apenas hubo intensidad a pesar de todo lo que había en juego. El duelo entre los dos Manchester, los dos primeros en Inglaterra, decepcionó para el aficionado neutral, pero coronó a Guardiola.
El técnico catalán tiene media (o toda) Premier en el bolsillo tras una victoria en Old Trafford (1-2) que les deja como líderes sólidos en la liga inglesa. El City le saca 11 puntos al United cuando todavía no se ha acabado la primera vuelta. Esta Liga solo tiene dos opciones de cara al futuro: o la gana el City o la pierde el City. No hay otra alternativa.
El United se vio ahogado ante la superioridad del City y Mourinho ha perdido ese encanto con el que antes cambiaba partidos. Ahora no se ve ya a un técnico capaz de mover fichas y que eso modifique el guión de un encuentro. Parece rendido a la obviedad: el United está un escalafón por detrás del City y sus métodos quizá ya no valgan. Debe actualizarse.
Ganó Guardiola y lo hizo con esa fórmula que últimamente viene repitiendo en la Premier, uniéndose todos los componentes en su favor. Y así se ganan ligas. Un gol de Otamendi previo dos rebotes en la defensa del United decantó un derbi insulso, más soso de lo que se podía esperar, pero muy válido para el City. Pep ha aprendido que es más importante ganar que jugar bien. Es mejor tener las dos cosas, pero cuando ambas no se pueden conseguir, es más importante llevarse los tres puntos que la posesión.
Por eso, cuando el catalán vio que el encuentro se podía complicar por cualquier jugada aislada, prefirió 'cargarse' a un delantero (Gabriel Jesus) y sacar al campo un defensa (Mangala). Lo importante era la victoria y había que poner todas las armas posibles para conseguirlo. Y le salió bien, por lo cual también es un éxito de entrenador.
El United solo reaccionó cuando se vio acongojado por el resultado y la clasificación. Primero, tras el 0-1 que marcó David Silva en otra mezcla de suerte citizen y error red. Ahí fue cuando empató Rashford en el descuento de la primera mitad y cogió aire Mourinho. Pero solo fue un espejismo.
Justa victoria del City, más por su traje de campeón que por su juego mostrado en Old Trafford. Guardiola entendió que el partido de este domingo no era para brillar, sino para ganar. Y así ganará la Premier League, 460 millones de euros después. Por ahora, es el mejor equipo de Europa.