Como en cada inicio de temporada, Chamartín se contagia de los sueños e ilusiones, de la gloria ansiada y de la eterna promesa de títulos que se le suponen al Real Madrid. Como cada agosto, el madridismo renueva su fe a prueba de derrotas y fiascos y bombas, con la seguridad que le otorga que el general al frente sea Zinedine Zidane.
El francés, artífice de la novena y la undécima coronas europeas del club, se enfrenta esta temporada a la eterna reválida que supone entrenar en el Bernabéu. Con una diferencia: el bloque que lo aupó a la gloria el pasado mayo continúa intacto. Su carisma, que sigue seduciendo tanto a Florentino Pérez como a la hinchada, será la piedra angular del proyecto.
Ni siquiera Ancelotti, hace dos años, pudo conservar a quienes conquistaron la Décima en Lisboa. Entonces se marcharon jugadores clave como Xabi Alonso o Di María y llegaron otros que tardaron en aclimatarse como Navas o James Rodríguez. El último Real Madrid capitaneado por Casillas, en plena reconstrucción, terminó con un único título -el Mundialito de clubes- y con el despido del técnico italiana al final de la temporada.
Morata, Asensio y la versatilidad táctica
Para este curso, Zidane ha conseguido mantener el bloque. Sólo las repescas de Asensio y Morata apuntalan el ataque blanco con dos piezas que añaden profundidad de banquillo y versatilidad a la plantilla. El mallorquín, que llega en un gran momento de forma tras la pretemporada, está llamado a suplir a Jesé como cuarto o quinto trequartista. La primera prueba será en el siempre difícil Estadio de Anoeta (20:15 horas), contra la correosa Real Sociedad.
Por su parte, Morata es el 'fichaje' estrella del año. Con la sanción de dos periodos sin fichar a la vuelta de la esquina (no podrá inscribir jugadores hasta enero de 2018), el regreso del canterano al Bernabéu supone algo de tranquilidad en el semidesértico puesto de 'nueve'. Sin recambio natural, Karim Benzema apenas ha descansado esta última temporada y ha forzado a Jesé, Cristiano o Bale a desplazar su posición cuando ha sido baja.
Sin duda, Morata promete minutos de calidad en la punta de lanza. Y goles. En la Juventus marcó 12 y repartió otros 12 en los 47 partidos que disputó la temporada pasada. Pero no sólo eso. El canterano podría actuar junto a Benzema formando un 4-4-2, como ya ha ocurrido esporádicamente durante la pretemporada.
No obstante, la disposición que se espera de Zidane no varía respecto a los meses que dirigió al equipo el curso pasado: un 4-2-3-1 con Cristiano Ronaldo como hombre más libre, partiendo teóricamente desde la izquierda. De nuevo, Kroos y Modric se perfilan como el doble pivote ideal, aunque la irrupción de Casemiro podría desplazar al croata unos metros hacia adelante, donde se centraría en la elaboración sin la presión de las tareas defensivas.
Tras la conquista de la Supercopa de Europa ante el Sevilla, Zidane afronta el campeonato doméstico con la necesidad de acabar con un lustro de títulos repartidos entre el FC Barcelona y el Atlético. Y con la sombra de que el último técnico blanco en conseguir la Liga fue Jose Mourinho. Otra de las debilidades de Florentino.
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