Seis minutos. Fue el tiempo que tardó el Madrid en encarrilar el partido y en que Cristiano irrumpiera en la Liga. 360 fueron los segundos que tardó en aparecer la pareja que liderará a este Madrid un año más y que si conectan al 100% harán al equipo de Zidane letal: Bale y Ronaldo. Lo que ocurrió después fue lo esperado, una cómoda goleada del Madrid para quitarse de en medio el trámite ante Osasuna. [Narración y estadísticas: Real Madrid 5-2 Osasuna].
Con un calor casi inhumano en el Bernabéu, que demuestra que septiembre todavía no es mes para partidos a las 16:00 horas, Cristiano abrió el marcador y su Liga con un gol muy 'raulesco', precisamente el día que Raúl González se llevó todas las miradas en la previa del partido. Tan solo tuvo que empujar el portugués el balón a la red a dos metros de portería, ya que Bale le había regalado el gol con una asistencia desde la banda derecha.
Lo que sorprendió en el Bernabéu fue que Osasuna tuviera la ocasión más clara de toda la primera parte. Los navarros vieron como el Madrid tocaba y tocaba sin ninguna profundidad, sin crear peligro, adormeciendo el partido, y se estiraron casi silenciosamente. Fueron esperando su momento hasta que Oier se inventó un centro desde la banda izquierda que remató Unia García al palo. Era el minuto 40 y el golpe en la madera sonó fuerte en el Bernabéu. La grada respondió con pitos. No eran abucheos de disconformidad, sino de aviso. Y el Madrid lo entendió.
El mismo equipo que había estado 30 minutos jugando al tran trán, casi echándose la siesta, cambió de cara, reaccionó y de golpe marcó dos goles. Y la sensación que quedó fue la de "si quieren, es muy fácil". Porque en cuanto despertó el Madrid, se sentenció el partido. Primero con un gol de Danilo, que no desentonó como otras veces, y que desde su banda se internó en el área y remató a placer ante la débil defensa navarra. Cinco minutos después, Sergio Ramos hizo lo que mejor sabe y remató de cabeza un saque de esquina regalado por Kroos. De una ocasión muy clara del 1-1 se pasó al 3-0. Todo finiquitado.
Quedaban minutos, muchos, pero la sensación generalizada era la de que había que bajar el acelerador. Los jugadores venían de largos viajes, de jugar con sus selecciones, y forzar era ridículo. Ya Modric en el primer minuto dio un aviso, quedando dolorido sobre el césped, alarmando al madridismo. Al final no fue nada. Pero aun jugando al 50%, el partido tuvo más cosas y una segunda parte movida. Por ejemplo, dos goles del Madrid, uno de Pepe y otro de Modric. Además, Oriol Riera marcó para Osasuna tres minutos después de salir al terreno de juego, Roberto Torres falló un penalti (cuya jugada previa había acabado en gol), Benzema (que salió por Cristiano en el minuto 65) remató al larguero y Osasuna volvió a marcar, esta vez por medio de David García.
Al final, 5-2 y con una sensación rara. El Madrid se había dormido muchos minutos y eso conllevó dos goles de Osasuna y algún que otro susto. Bien se podía entender sabiendo que el partido era un trámite y que ya viene la Champions (el miércoles el Madrid debuta ante el Sporting de Lisboa) y los dos partidos por semana. Pero eso, ante otro rival, acabas pagándolo. Sea como fuere, el Madrid ya tiene el pleno de puntos, con tres victorias en los tres primeros partidos, algo no común en este equipo los últimos años.
Ya se puso Zidane el traje de Miguel Muñoz. Alcanzó el récord de victorias consecutivas en Liga (15) y si gana al Espanyol el próximo domingo lo superarará, a la vez que llegará al histórico del torneo. Lleva menos de un año pero la realidad es que es el técnico más efectivo de todos los que pasaron por el Bernabéu en la última década.