Guillermo Ochoa (Guadalajara, Jalisco, México, 1985) sabe lo que es tocar el cielo. Lo hizo en aquel partido contra Brasil, en la fase de grupos del 2014, sacando un empate que a la postre le serviría a su selección para clasificarse para octavos. Allí se mostró como una figura emergente, como un guardameta de porvenir y un candidato a ocupar la portería de un grande. Y así lo vio el Málaga, que llamó a su puerta para que fuera el guardián de La Rosaleda. Sin embargo, las cosas no fueron como esperaba -sólo disputó 19 encuentros-. El ‘Memo’, como se le sigue apodando, se pasó casi dos años en blanco. Eso sí, ahora, cuando ya conoce mejor España y ha aprendido a disfrutar del jamón y los espetos, ha vuelto a ejercer de titular en Granada jugando todos los partidos hasta la fecha. Pero, ya saben, el conjunto andaluz todavía no ha ganado ningún partido esta temporada. A pesar de todo, atiende a EL ESPAÑOL con la esperanza de que su equipo resucite contra el Atlético. “Nada sencillo”, desde luego.  

Es su tercera temporada, pero imagino que sigue echando de menos México y los tacos…



Sí, siempre se echa de menos a la familia, a la gente conocida… pero, afortunadamente, puedo ir allí de vez en cuando. En cuanto a los tacos, es diferente porque no soy de comer mucho. Pero me he acoplado bien a España. Por suerte aquí se come muy bien.



¿Por qué le dio por ponerse los guantes?



Es difícil de contestar. Cuando eres pequeño intentas jugar en todas las posiciones y, la verdad, de portero lo hacía muy bien. Me gustaba la sensación de poder volar, de tirarme con los brazos hacia el balón… Entonces, no pensaba que podría acabar dedicándome a esto. Jugaba simplemente porque me gustaba. Pero luego ya comencé en la escuela de fútbol del América. Entonces, había un portero por equipo, pero se lesionó el que había y el entrenador me preguntó a mí. Yo quise y así empecé. Luego se recuperó el otro, yo quise volver de delantero... y no me dejaron [Risas]. Desde entonces, la gente veía que lo hacía bien y yo empecé a creérmelo.



¿En quién se fijaba entonces?



En muchos. Adolfo Ríos, Schmeichel, Pagliuca, Barthez, Jorge Campos… Además, yo iba con mi padre al estadio y nos sentábamos detrás de la portería. Entonces, luego, trataba de hacer lo mismo que los porteros.



Le hizo debutar Leo Beenhakker. ¿Le enseñó algo de holandés?



[Risas] No, él hablaba perfectamente español. Cuando él llegó, yo ya había trabajado con el primer equipo cuando estaba Basile. Entonces, no era una de las primeras opciones, pero poco a poco, a base de entrenamientos, él me fue llevando con el equipo y me hizo debutar. Le estoy muy agradecido. Es una persona mundialmente reconocida y con mucha tradición futbolera. Que él pusiera los ojos en mí me hizo sentir importante. No es fácil darle la oportunidad a un portero de 18 años, y más cuando es en un equipo como el América, donde hay tanta presión.



No sólo ha jugado, sino que también le ha dado tiempo a estudiar.



Sí, he estudiado Administración y Dirección de Empresas, lo mismo que mi padre. Y tengo un postgrado en el Johan Cruyff Institute.



Volviendo al fútbol. Sus dos primeras temporadas con el Málaga no fueron las mejores, pero ahora es titular en el Granada…



Estoy contento de seguir aquí en España. Es una de las mejores ligas del mundo y mi intención era estar aquí. Y ahora ya estoy más adaptado. El año pasado tuve la oportunidad de jugar varios partidos al cierre del torneo y se dieron bien las cosas, pero este año no hemos empezado como esperábamos. Al final, yo sigo trabajando cada día para seguir en el terreno de juego.

Guillermo Ochoa durante su presentación con el Granada. EFE



Como dice, el comienzo de temporada del Granada no ha sido el esperado, pero no sé si le ha dado tiempo a ver la Alhambra o a comer tapas por la ciudad…



De momento no demasiado. Con la llegada, la adaptación… Pero bueno, algo sí que he podido ver. Es una ciudad muy bonita y la gente te hace sentir todo su cariño. Confían mucho en el equipo y tenemos una gran afición.



¿Qué le vuelve loco de España?



[Risas] El jamón y, bueno, he tenido la suerte de estar en la costa y también me gustan mucho los espetos.



Como decíamos, lo que también les está volviendo locos es este comienzo de temporada.



Sí. La idea era otra. Pero toca pelear y sabemos a lo que tenemos que enfrentarnos. Está en nuestra mano cambiar la situación y vamos a luchar por ello hasta el final. La suerte que tenemos es que queda mucha Liga aún y estamos en una situación difícil, pero no imposible. Tenemos calidad y talento. Estoy seguro de que vamos a retomar el buen camino.



Tan complicado ha sido todo que ya han cambiado de entrenador. ¿Os pilló de sorpresa lo de Jémez?



Nos lo dijo él. Llegó al vestuario y nos reconoció que no iba a ser más el técnico. En el fútbol siempre que alguien se va, pues nunca es agradable, y más una persona como Paco, a la que se le tenía aprecio. A él y a su cuerpo técnico. Pero son decisiones de la directiva y no de los jugadores. Nosotros tenemos que seguir adelante y darle la vuelta a la situación. Y ahora que está el nuevo entrenador, pues le ayudaremos lo máximo posible y le dejaremos que haga lo mismo con nosotros.



¿Qué aprendió de Paco?



Él te da armas para poder jugar sin el freno de mano. Es alguien a quien le gusta ir al frente, que busca los partidos y es agresivo. Paco trata de escoger la manera de ganar y la de perder. Y es muy respetable. Cada entrenador tiene una manera de hacer las cosas y de él nos quedamos con eso: el atrevimiento que tiene para jugar.



En la primera plantilla hay un total de 15 nacionalidades. ¿Cómo se entienden?



Es una de las cosas complicadas de este inicio. La gran parte no habla español y, bueno, eso ha costado a la hora de hacer llegar y de recibir el mensaje. A veces es difícil y siempre hay un periodo de adaptación de los jugadores. Ahora nosotros vamos contra la marcha y hay que apretar y poner todo de nuestra parte. Y los que no hablan el idioma, se han estado preparado. El equipo está comprometido y entregado en el día a día. Yo creo que los buenos resultados van a llegar pronto porque se nota el trabajo y las ganas de salir de esta situación.

Guillermo Ochoa, durante una rueda de prensa con el Granada. EFE



Lo que sí se entiende fácilmente es el estilo del Atlético de Madrid. ¿Le gusta?



Llevan años jugando así y a muchos les gustará y a otros no, pero Simeone es un entrenador que tiene muy claro lo que le pide a los jugadores y ese estilo les ha funcionado bien. Defensivamente siempre han sido muy fuertes y ofensivamente van mejorando. Tienen más calidad y es un equipo complicado. Desde que está Simeone son candidatos a ganar la Liga y lo tenemos muy difícil, pero esto es fútbol y vamos a intentar aprovechar nuestras oportunidades.



¿Es este Atlético, por aquello de que no ha tenido que vender jugadores, más completo que el de otros años?



La continuidad siempre es importante en el fútbol y le hace bien a los equipos porque hay que dejar que los jugadores se adapten y se acoplen. Yo creo que el Atlético lo ha hecho bien. Se les exige desde la jornada 1. Y ese es el fútbol actual. Ellos tienen una estabilidad que les ha hecho conocerse mejor y estar más tranquilos a la hora de jugar.



¿Puede ser esta temporada, definitivamente, la que el Atlético gane la Champions?



Es candidato a ganar la Champions y la Liga, como muchos otros. Tiene jugadores de mucho nivel y no tengo dudas de que lo pueden lograr.



Pero, ¿le debe el fútbol una Champions al Atlético?



No sé si se la debe o no. Esto es fútbol. Yo creo que mientras sigues trabajando, el fútbol siempre te da. Pero a veces uno no sabe por qué el fútbol te da o te quita. Lo que hay que hacer es creer y soñar. La gente del Atleti está contenta con su plantilla y con los jugadores que tiene. Tarde o temprano les darán una satisfacción aún más grande que las que han tenido hasta ahora. Es un equipo que está capacitado para luchar contra cualquiera.



Griezmann ha tirado dos penaltis últimamente y ha fallado los dos. ¿No sé si le da miedo?



Es un gran jugador, pero es que ellos también fallan [Risas].



¿Entonces mejor que no los tire?



No, no, que no haya penaltis contra nosotros [Risas].



Pero, en el caso de que lo haga, ¿qué siente un portero al parar la pelota?



Bueno, es como meter un gol. Si mantienes la portería a cero eso siempre te da opciones de ganar.



¿Cuál es el mejor balón que ha parado y el que le gustaría parar?



El mejor que he parado, por el lugar y lo que significaba, quizás en el partido contra Brasil en el Mundial de 2014. ¿Y qué me gustaría parar? Pues una pelota en el último minuto de la final de un Mundial que le diera el título a México. Eso sería muy bonito.

Atajadas de Guillermo Ochoa Brasil vs. México narracion por Christian Martinoli

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