Un Barcelona - Madrid sería menos Clásico si faltara la polémica arbitral. En todo gran duelo, siempre hay jugadas en las que el colegiado es protagonista, por acierto o por fallo. El partido de este sábado en el Camp Nou no fue menos y tampoco estuvo exento de polémica, que se centra en cuatro penaltis y un gol, el de Suárez, en fuera de juego.
La primera jugada a analizar fue un posible penalti de Mascherano a Lucas Vázquez cuando el encuentro acababa de iniciar. Era el minuto 2 y el jugador argentino derribó, dentro del área, al gallego con su cadera. Clos Gómez no vio penalti, a pesar de las quejas del futbolista del Real Madrid.
Más tarde el Barcelona pidió unas manos de Sergio Ramos a un centro, por la banda derecha, de Sergi Roberto, aunque la que parece más clara es una acción muy similar de Carvajal a centro de Jordi Alba. En esta jugada se utilizó la cámara de 360º, que se instauraba en este Clásico.
Entre esos dos posibles penaltis del Real Madrid, también hubo otro posible penaltis por manos de Rakitic. A la salida de un centro, el jugador croata golpeó al balón con el codo. Rápidamente Cristiano pidió mano y, lo más sorprendente fue que Piqué, en un acto reflejo, también señaló que su compañero había tocado el balón con el brazo.
Ninguna de estos penaltis fue señalado por Clos Gómez, como tampoco pitó fuera de juego en el gol de Luis Suárez. La situación del delantero uruguayo es muy dudosa, muy justa en el momento en el que remata tras el pase de Neymar.
El partido terminó en empate y eso acabó calmando los ánimos de unos y otros, ya que las jugadas polémicas acabaron siendo intrascendentes en el resultado final.