Sólo marcó un gol Messi pero confirmó su vitola de actual, a 18 de diciembre, mejor jugador del mundo. Iniesta, ni eso, no marcó. Pero a pesar de ello, argentino y español fueron claves en cuanto se pusieron la capa de mago en un encuentro que quizá si no hubieran aparecido ellos se le hubiera complicado al Barça. Pero los dos fueron las figuras fundamentales de la goleada del Barcelona al Espanyol. Por su calidad, por su magia y por su intelectualidad dentro del campo. Ellos dos cambiaron el partido sin necesidad de meter un gol, porque en la faceta de asistentes son también dos de los mejores del mundo. El Espanyol aguantó hasta que Leo y Andrés quisieron. [Narración y estadísticas: Barcelona 4-1 Espanyol]
Los derbis catalanes son propiedad del Barcelona porque cuando no echan ganas, tienen calidad. Y el Espanyol, al revés. Los de Quique Sánchez Flores montaron un plan serio y rocoso, pero que hacía aguas cuando el rival, mucho más preparado, tenía más armas aunque solo fuera por el nombre de los jugadores. Y desde esas individualidades construyó el Barça otra victoria más ante el rival de la ciudad, que no rival natural por la inmensa diferencia entre unos y otros.
El partido comenzó en el 18' cuando apareció Iniesta, que se inventó un pase de área a área, bombeado, preciso y precioso. Le dejó el balón en el pie a Suárez, que también lo hizo muy bien en el control y empezó a correr hasta colocarse mano a mano con Diego López. Lógicamente, ganó Suárez, que por eso es uno de los mejores 9 del mundo. El Espanyol aguantó con un 1-0 que siempre deja el partido abierto, aunque sus opciones eran mínimas porque ni se acercaba al área de Ter Stegen. Daba por válido la derrota a expensas de que ocurriera algo raro y sorprendiera con alguna jugada aislada. Sabe bien ya el Espanyol lo que es dar más de un susto en el Camp Nou. Pero la lesión de Diego López, en un choque involuntario con Suárez, y, sobre todo, la aparición de la magia de Iniesta y Messi acabaron por sentenciar un derbi en el que el Barça fue otra vez inmensamente superior.
El meta gallego había sido el mejor jugador de la Liga en noviembre, con cinco partidos seguidos sin encajar gol. Su lesión, con una brecha en la rodilla, fue un golpe moral para el Espanyol, pero aun así resistió. Hasta que aparecieron los dos magos para crear una jugada inverosímil, difícil de explicar porque fue casi imposible de hacer. Primero Iniesta regateó a tres mientras se resbalaba. El balón le llegó a Messi y ahí se fue adentrando al área regateando en una baldosa a todo el que venía. En tres metros pudo quitarse a cinco y todos ellos con el balón, sin necesidad de sacar el brazo para protegerse. Él jugó con el balón y regateó con él. Tras hacer eso, disparó. Si lo marca, estaría ya en la lista de mejores goles de la temporada. Pero paró Roberto, sustituto de Diego López. Lo que hizo mal el meta madrileño, ex de Zaragoza, Olympiacos o Atlético entre otros, fue despejar al centro. Era una asistencia de gol a Suárez, que estaba ahí como los buenos 9. El uruguayo solo tuvo que rematar a placer. 2-0.
Si ya ese gol había sido un golpe para el Espanyol, más lo fue el tercero, que llegó un minuto después. Y fue muy parecido si nos atenemos al protagonista, Messi. El argentino volvió a llegar al área y gambeteó pero los defensores pericos no querían esta vez darle tanta facilidad. Pero ni así. Llegó como quiso, hasta cayéndose, pero no pudo controlarlo. Por suerte para él, le llegó a Jordi Alba que disparó cruzado para marcar el 3-0, también con la ayuda de Roberto, al que le pasó el balón entre su brazo y cuerpo. Quedaría tiempo todavía para que marcara Messi, en una preciosa combinación con Luis Suárez, que le brindó el gol con una asistencia por alto. Antes había marcado David López por el Espanyol, en otra gran jugada colectiva que se vio en el partido, cuando Gerard Moreno de primeras y en la frontal del área hizo una preciosa asistencia para que López, también al primer toque, marcara el gol del honor.
Si alguna lectura se puede sacar del partido es que este Barcelona gira en torno a Messi e Iniesta y que cuando ambos están enchufados, el Barça es imbatible. Y también que a los jugadores no solo hay que calificarles por los goles. Este domingo marcó Suárez dos, pero nadie podrá decir que fue la estrella del partido. Hay muchas más cosas allá del gol. El resultado final, eso sí, fue abultado. Pero lo importante para el Barça es que Messi se divirtió y cuando eso pasa, disfruta él, disfruta el Camp Nou y disfruta el fútbol. No le habrán dado el Balón de Oro, pero el argentino va a otro ritmo. Él hizo que el barcelonismo pueda comerse sin sobresaltos el turrón navideño.