Dopaje y sexo: así se anuncian las doctoras que atendieron a Nasri
En el extraño caso del escándalo sexual y transfusiones del jugador francés, lo único claro es la agresiva campaña que mezcla transfusiones con sensualidad de la clínica que lo atendió .
29 diciembre, 2016 12:45Noticias relacionadas
En el extraño caso de escándalo sexual que protagonizó en Twitter Samir Nasri en la madrugada del 28 de diciembre, existen tantas lagunas y contradicciones que resulta casi imposible saber qué pasó realmente. En un principio, el jugador afirmó haber recibido un tratamiento "sexual completo" por parte de una de las doctoras, aunque más tarde aseguró que su cuenta había sido hackeada.
El problema es que la AEPSAD tomó cartas en el asunto tras el tuit original de la clínica que trató a Nasri a Los Ángeles, en el que se afirmaba explícitamente que el jugador había recibido un tratamiento intravenoso (que podría contravenir las normas antidopaje de la AMA). A la espera de interrogar al mediapunta, la agencia ya investiga a Nasri por la posible infracción del código.
En cualquier caso, la pregunta que nadie es capaz de responder es por qué la clínica decidió publicar que un personaje público como Nasri recibió un tratamiento intravenoso (sabiendo que ello podría perjudicarle). Y es aquí donde la reacción del jugador (afirmando que la clínica le había proporcionado servicios sexuales) se vuelve incomprensible. O no.
Una posibilidad es que realmente le hackearan la cuenta y esos mensajes no fuesen escritos por él. Esta teoría llega a incluir a su expareja como posible usurpadora de la identidad del futbolista en Twitter. Otra posibilidad es que, sabiendo las repercusiones del tuit original de la clínica, el futbolista decidiese desviar la atención simulando un hackeo en su cuenta y desatando una nueva polémica sexual a su extenso currículum en este campo.
Pero hay una tercera posibilidad. Y es que, en realidad, todo lo que sucedió en Twitter entre la clínica y Nasri fuese un montaje para dar publicidad a la empresa. La teoría, que manejan algunos tuiteros, supondría que el jugador hubiese aceptado algún tipo de remuneración a cambio del 'show' que montó en Twitter. Y es que, una de las únicas cosas incuestionables en este caso es que la clínica plantea una estrategia de imagen muy agresiva, que trata de establecer una extraña ambigüedad entre los tratamientos de belleza y cuidado de la salud (no médicos) y el sexo. Sólo hay que ver cómo se promociona.