Fueron dos las amarillas que se llevó Juanmi en Anoeta. Dos amarillas que dejaron a la Real Sociedad con 10 jugadores en el tramo final del empate ante el Eibar (2-2). Dos amarillas normales, aunque la primera de ellas, que se produjo después de que marcase el primer tanto del encuentro, fue por quitarse la camiseta, gesto que hizo para mostrar un mensaje en su camiseta: "Siempre fuerte. DEP. Pablo Ráez".
Con apenas 20 años, Pablo Ráez se convirtió en un icono, en una figura nacional por el valor de su lucha contra la leucemia y su impulso a las donaciones de médula en toda España. Un símbolo que siempre estuvo muy unido al Málaga, el club en el que Juanmi disfrutó desde que llegó a las categorías inferiores en 2008 hasta 2015 y donde, seguramente, coincidió más de una vez en las acciones que el club malacitano desarrolló junto al joven.
Esa relación llevó al Málaga a ser el primer equipo en mostrar sus condolencias por la muerte de un joven que ha tocado los corazones de media España, incluido el del presidente del Gobierno y los de otras tantas personalidades de diferentes ámbitos que mostraron su pena por redes sociales. Exhibiciones de cariño que llegaron también al terreno de juego.
Juanmi, llegado a San Sebastián después de que la Real pagase siete millones de euros al Southampton, marcó el primer tanto en Anoeta en el derbi vasco ante el Eibar. Un gol que levantó de sus asientos a los aficionados realistas y no sólo por lo que suponía para el marcador, pues en la celebración el jugador se levantó su camiseta y dejo ver un mensaje claro: "Siempre fuerte. DEP. Pablo Ráez". Undiano Mallenco, árbitro del encuentro, se echó mano al bolsillo. Anotó el gol y sacó amarilla al jugador.
La expulsión llegaría más tarde, ya en el minuto 59, para dejar a los dos equipos con 10 jugadores -el Eibar había sufrido la expulsión de Lejeune en el 46'-, aunque la de Juanmi nunca debió producirse. Sin embargo, el reglamento de fútbol, no sólo en España, es claro en este punto y especifica perfectamente que cualquier jugador que muestre un mensaje, sea de la índole que sea, en las camisetas que visten bajo la de los equipos, será sancionado con tarjeta amarilla.
El otro ejemplo que acude de inmediato a la cabeza es el de Andrés Iniesta, ya que el manchego celebró el gol más importante de nuestra historia, el de la prórroga de la final del Mundial de Sudáfrica 2010 en el minuto 116 para conquistar el primer título de España en un Mundial, levantándose la camiseta y dejando ver un mensaje de recuerdo para el que fuera su rival y gran amigo Dani Jarque, fallecido meses de muerte súbita.