Hasta principios de este siglo, la isla de Madeira era conocida por poco más que su vino fortificado y por ser un destino de vacaciones para germanos y escandinavos en busca de sol en pleno invierno. Hoy en día, sin embargo, esta pequeña región autónoma de la República Portuguesa tiene otro producto estrella: su famoso hijo predilecto, el futbolista Cristiano Ronaldo.
Quien nació en el seno de una familia empobrecida de Funchal en 1985 ahora se llena de gloria en los grandes estadios de Europa y protagoniza campañas publicitarias por todo el mundo. Es el reclamo más internacional del territorio, y aunque todos los portugueses celebran los éxitos del delantero del Real Madrid y capitán de la victoriosa Selección Nacional, no hay Cristianos como los madeirenses.
El valor publicitario del madeirense más famoso del mundo no ha pasado desapercibido para el Gobierno Regional de la isla, y desde sus primeras victorias en el Sporting y el Manchester las autoridades hicieron uso de la imagen del futbolista en el marketing del territorio, convirtiendo su figura en un icono isleño. Conscientes de que cualquier acto de reconocimiento de la megaestrella implica publicidad gratis para la isla, los políticos autonómicos le han homenajeado de todas las formas imaginables.
Condecoraciones y honores
Durante los últimos años, el delantero ha recibido las más prestigiosas condecoraciones de la región, entre ellas la Medalla de Mérito de la Asamblea Legislativa, el más alto honor de la región. La emblemática Praça do Mar de Funchal ha pasado a llamarse ‘Praça CR7’. Y por si faltaba confirmar la idolatría local del futbolista, en 2014 se erigió una estatua de bronce de 3,40 metros del delantero en pleno paseo marítimo de la capital isleña.
El último homenaje del Gobierno Regional al hijo predilecto de la isla, sin embargo, ha dejado a muchos molestos. Por decretazo y sin consulta previa al Ejecutivo nacional, el presidente del Gobierno Regional ha anunciado que el Aeropuerto Internacional de Funchal pasará a llevar el nombre del futbolista.
Colectivos ciudadanos hartos de la omnipresencia de la figura del futbolista en la isla han apelado a la Asamblea de la República para evitar que el cambio de denominación se lleve a cabo. Entretanto, el Estado, molesto al no ser consultado sobre la iniciativa, ha llevado a cabo un estudio jurídico para determinar si el Gobierno Regional realmente tiene la potestad como para llevar a cabo semejante modificación de manera autónoma. El Aeropuerto pasará a ostentar el nombre de Ronaldo en una gran ceremonia de reinauguración de las instalaciones el próximo 29 de marzo, pero corre el riesgo de que la polémica que ha suscitado el cambio robe el protagonismo al mediático delantero.
Descontento popular
Ronaldo no vive en Madeira desde que tenía 12 años, cuando fue fichado por el Sporting de Lisboa, pero no se ha olvidado de su isla natal, que visita con cierta frecuencia. Siente orgullo por la región autónoma, y cuando la Selección lusa desfiló por las calles de la capital portuguesa tras ganar la Eurocopa el verano pasado, el capitán lo hizo alzando la bandera madeirense. El futbolista es querido por la población local, que agradece el cariño que muestra hacia Madeira y celebra los gestos humanitarios del delantero, entre ellos el apoyo económico que ofreció a las familias afectadas por los incendios que afectaron gran parte de la isla el verano pasado.
No obstante, el amor popular tiene sus límites, y el 'rebranding' aeroportuario ha acabado con la paciencia de muchos que consideran que el culto de personalidad dedicado al atleta local es excesivo. Exasperada al enterarse del nuevo homenaje, la madeirense Sibil Soares creó la petición “No a la alteración del nombre del Aeropuerto de Madeira”, ya que considera que “el renombramiento de un bien público de esta magnitud sólo debido a la euforia futbolística que hemos vivido este año es desmesurado y no tiene justificación plausible”.
“Portugal tiene que valorar y homenajear a todos sus ciudadanos y reconocer éxitos en todas las áreas”, afirma Soares. “El Aeropuerto de Madeira es una infraestructura que representa a la totalidad del pueblo madeirense”.
La petición arrasó en las redes sociales, donde miles de personas firmaron el documento y manifestaron su oposición a la medida gubernamental. El historiador madeirense Nelson Veríssimo denunció el 'rebranding' como una medida populista que debería ser sujeto a una consulta popular. Varios ciudadanos señalaron que era peligroso asociar a una infraestructura clave de Madeira a una figura que, al fin y al cabo, es humana y podría cometer fallos que resulten embarazosos para la isla. Otro lamentó que, “a este ritmo queda poco para que anuncien que Madeira pasará a llamarse Isla Ronaldo”.
Aunque la petición de Soares consiguió las firmas suficientes para que fuese contemplada por la Asamblea de la República, el Parlamento rechazó debatirla al considerar que no se podía confirmar el origen legítimo de las firmas recogidas a través de las redes sociales. La petición fue reencaminada a la Asamblea Regional, que también desestimó la propuesta.
“Esta medida sólo favorece a Madeira”, declaró el presidente del Gobierno Regional, el conservador Miguel Albuquerque. “Hay gente que puede estar en contra, y está en su legítimo derecho, pues este es un país libre, pero esta decisión ya se ha tomado, y se tomó tras muchísima deliberación”.
Disputa de competencias
Precisamente la forma en la que el Gobierno Regional deliberó acerca de la modificación del nombre del aeropuerto ha abierto la puerta a un choque entre autoridades autonómicas y nacionales, algo inusual en Portugal, donde históricamente no existe tensión entre las regiones y el poder central.
El contencioso tiene su origen en el momento en que Albuquerque anunció el cambio de la denominación de las instalaciones durante la inauguración del Hotel CR7 en Funchal el verano pasado. Entre declaraciones casuales ante la prensa, el presidente regional provocó estupefacción al soltar que próximamente quienes volaran a Madeira aterrizarían en el “Aeropuerto Cristiano Ronaldo”.
El anuncio pilló al Ministerio de Planificación e Infraestructuras, que supervisa los transportes nacionales, completamente por sorpresa, y poco después el asombro dio paso a la consternación. Fuentes ministeriales confirman a EL ESPAÑOL que hubo serias dudas sobre si el Gobierno Regional tenía derecho a tomar esa decisión de manera autónoma. En Portugal, las regiones autónomas controlan sus infraestructuras, pero el Gobierno nacional se encarga de la gestión y operación de las mismas a través de concesionarias.
Intentando aclarar a quién correspondía la decisión del 'rebranding', el Ministerio encargó un estudio jurídico para determinar si el presidente madeirense tenía potestad como para tomar esa decisión. Tras hacer un análisis exhaustivo de la legislación vigente y los contratos con las empresas concesionarias, los juristas concluyeron que, a efectos prácticos, la decisión sí estaba en manos de las autoridades regionales.
Aunque las fuentes ministeriales aseguran que nunca hubo la intención de frenar el cambio de denominación, la revelación del estudio jurídico ha provocado indignación en Madeira, donde el Gobierno Regional ha calificado el interés del Ministerio en el asunto como una intromisión inaceptable. La autoridad autonómica considera que se trata “de una confrontación innecesaria que involucra una figura que indiscutiblemente forma parte de la historia de esta Región y del país, merecedora de un homenaje legítimo y oportuno”.
El enfrentamiento entre el Gobierno autonómico y el Ejecutivo nacional es inusual en Portugal, país donde históricamente no existe tensión entre las regiones y el poder central. Desde el Ministerio sugieren que la furia de los políticos isleños por este asunto es parcialmente fingida. “No sería la primera vez que buscan guerra donde no la hay para intentar negociar un subsidio de movilidad más jugoso para los madeirenses, o para ver si la aerolínea estatal pone más vuelos entre Funchal y Lisboa”, asegura la fuente consultada por este diario.
Pese a ello, la brecha abierta entre las partes parece ser real. Aunque el oficialmente neutro presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ha anunciado que asistirá a la ceremonia de reinauguración, de momento el primer ministro António Costa ha evitado confirmar su presencia. La prensa local interpreta su falta de compromiso como señal de censura al presidente regional y la forma con la que ha llevado a cabo la operación.
¿Un homenaje que llega antes de tiempo?
Aunque ciertamente hay otros aeropuertos que ostentan los nombres de figuras célebres, poquísimos hacen honor a personas que todavía están vivas (el Lech Walesa de Gdansk y el Intercontinental George Bush de Houston, Texas, son notables excepciones).
En Portugal casi todos los aeropuertos llevan denominaciones geográficas, con la excepción del Humberto Delgado de Lisboa –que reconoce la figura del “general sin miedo” asesinado a órdenes del dictador Salazar–, el Francisco Sá Carneiro de Oporto –que lleva el nombre del primer ministro fallecido en un accidente aéreo en 1980–, y el Juan Pablo II de la São Miguel, que homenajea al único papa que ha visitado las Azores.
El país tiende a esperar el fallecimiento de sus héroes antes de homenajearlos, e incluso en esos casos a veces hay polémica. La decisión de trasladar los restos mortales del mítico futbolista Eusebio al Panteón de Portugueses Ilustres apenas un año después de su muerte en 2014 fue tan criticada que posteriormente el Parlamento aprobó una ley fijando un periodo de 20 años entre el fallecimiento de un ilustre y su nominación para la sepultura en ese espacio augusto.
A sus 32 años, Cristiano Ronaldo todavía tiene toda una vida por delante, en la que su carrera sobre el campo de fútbol puede tener muchas más luces, pero también alguna que otra sombra. El ganador de tres Balones de Oro parece empeñado en tener la carrera más longeva imaginable, y en declaraciones realizadas el pasado enero aseguró que quería seguir en activo hasta “los 41 o 45 años”.
Con tanto futuro por recorrer, no sorprende que muchos pregunten por qué se le otorga semejante homenaje ahora. Ricardo Miguel Oliveira, director del Diario de Noticias Madeira, opina que el Gobierno Regional ha optado por celebrar la figura del futbolista ahora porque “reconociendo a Ronaldo como una figura que formará parte de nuestra historia sí o sí, no hay nada malo por mostrar orgullo por los nuestros mientras sigan vivos”.
“Para muchos aquí, Ronaldo representa talento puro y determinación, y representa un ejemplo de dedicación que muchos querían alcanzar. Para otros representa lujo y arrogancia, que tal vez otros anhelarían poseer. Pero la gente de aquí le tiene cierto respeto porque no niega sus orígenes humildes, ni esconde a su familia. Su relación con esta isla es como la relación umbilical que tiene con su madre, Dolores”.
“Caiga bien o caiga mal, tiene su sitio en la historia garantizado, y es el madeirense más famoso del mundo”, concluye el periodista. “Pero tampoco seamos ingenuos. El Gobierno Regional sabe que es nuestro activo turístico más notable, y este 'rebranding' es una clara estrategia de marketing que ha tenido su éxito. Si no fuera así, dudo que la prensa internacional se interesara por el cambio del nombre de un aeropuerto regional”.
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