Qué buenos hijos estos atléticos: goleada al Sevilla y a dos puntos de la tercera plaza
Los colchoneros se hicieron con los tres puntos en el Calderón (3-1) con goles de Godín, Griezmann y Koke. Fernando Torres volvió a jugar tras su aparatoso choque en Riazor.
19 marzo, 2017 18:07Noticias relacionadas
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Robinho, en una entrevista con este diario, contaba que Pelé le dijo que tenía que ser un “buen hijo”. El problema, obviamente, es que él, durante gran parte de su carrera, no hizo caso a los consejos de su maestro. En el Calderón, en cambio, todos se portan como es debido. Los padres, como Godín, que siguen sin desfallecer aunque les apremien los años -incluso marcan goles-; y los más niños, como Griezmann, que también hizo su tanto y, de paso, le dio al Atlético una victoria vital, la que le permite quedarse a tan solo dos puntos de la tercera plaza, la que ocupa ahora mismo el Sevilla [narración y estadísticas: 3-1].
El día, en general, terminó bien para los rojbilancos. Pero es que la tarde, para qué engañarnos, pintaba bien para el Atlético: llegaba tras clasificarse para cuartos de final de la Champions -en contraposición con su rival- y con la opción de quedarse -en caso de victoria- a dos puntos de la tercera plaza. Y con eso presente, saltó al césped, entre padres e hijos -así lo requería el día- y un ambiente -digamos- especial: ya fuera por la ebriedad de muchos -imposible calcular el número de cervezas pedidas en los bares en la previa del partido- o por la festividad. En fin, había que aprovechar el sol.Y qué mejor forma que viendo al Atleti.
El problema es que, de primeras, los rojiblancos se encontraron con un contratiempo: la lesión de Vrsaljko, que tuvo que dejarle su puesto a Juanfran a los dos minutos. Pero ya está. A partir de ahí, el Atlético se erigió en el protagonista: controló el partido, mantuvo la posesión y creó la mayor parte de las ocasiones. La primera, un disparo de Gameiro que pegó en el poste. Y la segunda, el gol que inauguró el marcador. Griezmann se la puso a Godín en la cabeza y el uruguayo, libre de marca, solo tuvo que rematar. Fácil, sencillo y para toda la familia.
Mandó el Atlético y sufrió el Sevilla, que ha ido de más a menos esta temporada. Empezó bien el curso, brilló, deslumbró y recibió elogios durante ese primer tramo, pero se ha caído en este segundo. Ya no sólo por su eliminación ante el Leicester, sino también por su propuesta. De ahí que empatara contra Alavés y Leganés, que cayera en la vuelta de Champions y que fuera inferior al Atlético de Madrid durante todo el partido.
Mejores aires, en cambio, corren por el Calderón. El Atlético, impulsado por la ebriedad del ambiente, hizo el segundo nada más comenzar la segunda mitad. De nuevo, a balón parado. Pero esta vez Griezmann no buscó a ningún compañero. Miró a la escuadra, vio el hueco y la puso donde las telarañas no llegan ni a aparecer. ¿Y qué hizo Simeone? Aprovechar el estado de ánimo para sacar los fuegos artificiales. Es decir, a Torres, que regresó tras su incidente en Riazor, donde tuvo que ser atendido por los servicios médicos tras un duro choque con Bergantiños. Y, qué mejor forma de volver que celebrando el tercer gol del partido, obra de Koke, que remató a puerta vacía y deja al Atlético -más allá del gol de Correa para el conjunto sevillista- con cara de tercero. Qué más se puede pedir.