Si había una fecha en el calendario en la que el Real Madrid podía pensar que no solo no perdería puntos con sus únicos rivales por la Liga (Barcelona y Atlético) sino que podrían ser ellos los que sacaran ventaja era esta jornada 3 que se ha jugado este fin de semana. Pero el fútbol nunca fue una ciencia exacta. Por eso el bagaje para los blancos es negativo cuando lo esperado era positivo.
El Real Madrid se atascó en el Bernabéu y perdió dos puntos ante el Levante (1-1) en empate tan imprevisto como sorprendente. El empate del Atlético en Valencia (0-0) mitigó algo ese pinchazo, pero la realidad para los blancos es que ya se han dejado cuatro puntos en tres partidos, distancia que ahora les separa del Barcelona, que goleó al Espanyol, y de la Real Sociedad, su próximo rival en Anoeta.
Este inicio, lógicamente inesperado, ha abierto ya el tradicional alarmismo con el que gran parte del madridismo vive a diario. Para muchos no cuenta ya que este es el mismo equipo que ganó la Liga y la Champions y que hace menos de un mes trituró al Barcelona y ganó dos títulos en una semana. La autocrítica es necesaria, la crítica a todo tan pronto es exagerada. Porque las cosas no son muy diferentes a las de otras ocasiones en las que el Madrid acabó bien.
La Liga se ganó el año pasado con una 'crisis' mayor
Hay un precedente muy reciente que refleja claramente que empatar varios partidos consecutivos no es decisivo para el resultado final. La temporada pasada, también a estas alturas (entonces fue de la quinta a la séptima jornada), el Real Madrid empató tres veces consecutivas, ante Villarreal, Las Palmas y Eibar. Unido a otro empate en Dortmund en Champions, se formó una 'minicrisis' que también hizo dudar el proyecto que se tenía. El final ya es conocido: doblete en junio y mejor temporada de la historia.
Además, los dos empates de este año coinciden mucho con dos del año pasado, en forma y fondo. El 2-2 ante el Valencia se podría equiparar al 1-1 de la temporada pasada ante el Villarreal. Partido abierto en el que el Real Madrid tiene ocasiones, domina claramente, pero acaba chocando ante un buen equipo que aguanta muy bien en el Bernabéu. Y el duelo este sábado ante el Levante fue un calco al de hace un año ante el Eibar. Mismo resultado y mismo guión. El equipo visitante, claramente inferior en la teoria, se adelanta en el Bernabéu, el Madrid no tarda mucho en empatar pero a partir de ahí se queda sin ideas y goles.
Esa Liga en la que el Real Madrid tuvo estos tres tropiezos la acabó ganando. Por ahora van dos, por lo que si hacemos una comparación directa, todavía tendría un comodín más (en Anoeta) para igualar lo del pasado año, donde al final de la jornada 7 (la última en la que empató) tenía 15 puntos. Si el actual Madrid gana ante la Real Sociedad, Betis, Alavés y Espanyol (duelos, excepto el primero, no muy complicados) llegará a los 17 puntos (dos más que el año pasado) tras siete jornadas.
Sin gol, pero falta Cristiano
Para entender al Real Madrid actual hay que tener muy presente la figura de Cristiano Ronaldo. El portugués es el que puso los goles el pasado año en el tramo más decisivo (16 goles en ocho partidos) y ahora lleva sancionado toda la Liga. No ha disputado ningún partido y tampoco podrá disputar minutos en Anoeta, último encuentro en el que faltará y en el que tampoco estará Benzema, lesionado.
Es Cristiano el verdadero '9' del Real Madrid. Sus 10 goles en cuartos, semifinales y final de la Champions pasada, todos muy decisivos (sin él los blancos no hubieran ganado el torneo), llegaron desde esa posición. Por tanto, hay que tener en cuenta que cuando a los blancos se les examina por su falta de gol hay que recordar que no ha estado Cristiano, no por planificación de plantilla sino por los cuatro partidos de sanción, una razón que nada tiene que ver con los deseos de plantilla de Zidane o de fichajes necesarios.
Sería fútbol-ficción analizar si Cristiano hubiera estado ante el Valencia y Levante, pero la historia más reciente explica que seguramente él hubiera resuelto como ya hizo en otros encuentros. A la ausencia del portugués se ha unido el mal momento de Bale, que debería ser pasajero. Cuando el galés esté bien, habrá otras opciones de gol.
Un mal inicio pero sin malas sensaciones
Es indudable que el arranque de los blancos no ha sido el previsto, pero tampoco es comparable a los malos inicios de hace unos años como también se ha recordado en los sectores más críticos. Esta vez ha habido errores pero no hay ni crisis ni problemas estructurales, simplemente encuentros en los que ha faltado el gol que, como hemos explicado, tiene mucho que ver con la sanción de Cristiano y el mal momento de Bale. Nada tiene que ver con desgana (como otros años) o por juego.
Aunque los puntos suman lo mismo en septiembre que en abril, es indiscutible que pinchazos en las últimas jornadas (la famosa teoría de Luis Aragonés, en la que se decidían las Ligas en las últimas diez golas) son más relevantes y decisivos en las clasificación final. Un mal inicio no te deja sin Liga, un mal final si.
El peor inicio de los últimos diez años en el Real Madrid, contando las tres primeras jornadas, fue en 2014 (tres puntos, derrotas ante Real Sociedad y Atlético) y jornadas después los de Ancelotti fueron líderes y perdieron el torneo no por su mal arranque, sino por caer en Mestalla en enero, en el Calderón en febrero y en San Mamés y en el Camp Nou en marzo.
Las rotaciones no son el problema
También fue criticado Zidane por las rotaciones que hizo ante el Levante. El francés jugó sin Keylor Navas, Modric, Casemiro y Bale e Isco de inicio. Sacó a Marcos Llorente, a Asensio como único acompañante a Benzema, a Lucas Vázquez y a Theo de lateral, adelantando la posición de Marcelo. Nada funcionó.
"No voy a cambiar lo que quiero hacer con este equipo. Como siempre cada uno puede opinar, estoy tomando decisiones, hago equipos y esto no va a cambiar por un mal partido. No voy a revolucionar nada porque creo en lo que hago", explicó Zizou en rueda de prensa.
Resulta raro que las quejas al técnico puedan ir por los cambios en sus onces cuando fue ese uno de los grandes motivos por los que el Real Madrid llegó tan bien al final en la temporada pasada. Zidane jugó el año pasado con dos equipos, rotando continuamente a sus jugadores. Esta vez no cuajó, pero no significa ello que jugadores como Llorente o Theo no sean jugadores válidos durante el largo año que tienen los blancos por delante.
Tras las primeras tres jornadas, el Real Madrid tiene cinco de nueve puntos posibles. Ha perdido cuatro, todos en su campo. No es el inicio previsto ni el más idóneo, pero tampoco alarmante. El escenario apocalíptico en el que algunos sectores han creído estar no es la realidad. Muchas cosas debe corregir el Madrid, pero tampoco es que el proyecto esté en la tercera jornada muerto.
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