Qué tiempos aquellos en los que el FC Barcelona tenía que superar ciénagas en Logroño, cuando el césped de Las Gaunas, calado hasta el extremo de agua, resultaba una suerte de jungla repleta de fango. Allá por principios de los 90, jugar entre el barro, en un pasto que era más piscina que campo, resultaba imposible. Ya en pleno siglo XXI, el problema es enfrentarse a un césped seco y alto. El motivo de la lesión de larga duración que se produjo Ousmane Dembélé este sábado contra el Getafe, según las altas esferas azulgranas.
El fichaje más caro de la historia del Barça nunca había sufrido lesiones de importancia antes de la que le mantendrá en el dique seco entre tres y cuatro meses. El llamado a sustituir a Neymar tendrá que pasar por el quirófano debido a su rotura del tendón del bíceps de la pierna izquierda, que en el club no dudan en achacar, entre otras cosas, al estado del terreno de juego que le acogió el fin de semana.
Según informa MARCA, algunas voces autorizadas del conjunto catalán están molestas porque los operarios del Coliseum no regaron el césped antes del partido. Algo que también afectó al equipo local (Gaku dejó el encuentro por molestias en el tobillo) y que frenó el ritmo de juego del Barça, que evitó el empate in extremis gracias a un gol de Paulinho en el 83 (victoria por 1-2).
Si la "mejor Liga del mundo" no establece unas condiciones más o menos aceptables que no pueda dejar de cumplir el césped de ninguno de sus estadios, se dan casos como el que indigna al Barça: pastos para nada mojados y carentes de hierba corta, que ralentizan la acción y minimizan el espectáculo. De ahí que no se descarte realizar una queja oficial a la competición.
Varios futbolistas azulgranas protestaron el mismo sábado por los problemas que generó el césped. "Ha sido una victoria de mucho valor porque es un campo en el que no se podía jugar. Teníamos espacios pero no se podía jugar por cómo estaba el césped, estaba muy mal", reconoció Deulofeu. "El campo ha sido bastante malo. Lo tengo que decir, porque si esta es la única manera con la que se nos puede hacer daño...", le siguió Ter Stegen.
"No pudimos meterle marcha al partido por el césped [...] Estaba seco y la bola no corría", declaró también el entrenador del Barça, Ernesto Valverde. Para su equipo, aquello no fue una preocupación menor. Todo lo contrario: el problema muscular de Dembélé devuelve a la primera plana un elemento fundamental de cualquier estadio de fútbol. ¿El Barça ha encontrado su particular Las Gaunas del nuevo milenio?
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