Un gol de Juanpe a falta de cinco minutos permitió al Girona rescatar un punto en su visita a Balaídos, donde el Celta de Vigo volvió a dejar escapar dos puntos en la recta final del choque, en un partido loco, de intercambio de golpes y en el que los celestes se vieron penalizados por su fragilidad defensiva.
El Girona le perdió el respeto al Celta en la primera parte. Jugó muy alegre, buscando atacar por los costados y antes del minuto cinco ya había asustado dos veces a Rubén Blanco, primer con un cabezazo de Juanpe y después con un disparo de Maffeo.
El Celta todavía no tiene afinado los mecanismos de juego que busca Unzué. El técnico parece haber encontrado su once ideal de medio campo hacia adelante pero no en defensa. Ante el Girona volvió a cambiar la pareja de centrales. Y su equipo estuvo frágil, demasiado blando. Sufrió cada vez que el rival le atacó.
Ni tan siquiera el gol de Pione Sisto le tranquilizó: Hugo Mallo conectó con Maxi Gómez, éste abrió para Wass y el danés sacó un buen centro que remató, llegando desde el segundo palo, su compatriota Pione Sisto. Estalló Balaídos, pero la alegría sólo duró un minuto, pese a que Rubén Blanco se había lucido ante Stuani antes de que Portu lograse la igualada.
Fueron ocho minutos locos, de vértigo. Y es que en el minuto 14 Stuani, tras otro monumental desajuste defensivo de los celestes a balón parado, le dio la vuelta al marcador, tras batir, libre de marca, a Rubén, que no se esperaba el pase atrás de Juanpe.
Tampoco pudo disfrutar demasiado el Girona, pues en la siguiente acción Maxi Gómez mostró su calidad en el mano a mano para batir a Gorka Iraizoz, decisivo poco después con una gran estirada al disparo de Pione Sisto. No fue la última del Celta antes del descanso: Wass, con un cabezazo, y de nuevo Maxi, con un potente disparo desde la frontal, rozaron el tercero.
Bajó el ritmo del partido en el segundo tiempo, con el Celta encerrando al Girona en su campo pero sin demasiada profundidad. El de Unzué era un equipo mucho más reconocible, con Lobotka, Wass y Aspas entrando mucho más en juego.
A falta de veinte minutos dispuso de hasta tres oportunidades en una misma jugada, dos en las botas de Roncaglia y otra en las de Maxi Gómez. Ambos se encontraron con un espectacular Iraizoz, que nada pudo hacer para evitar el golazo del danés Daniel Wass de libre directo, en un disparo con mucho efecto en el minuto 75.
El partido parecía sentenciado pero el Celta volvió a vivir el calvario que ya sufrió ante la Real Sociedad y el Getafe, que también le marcaron en los últimos minutos. Juanpe logró el tanto de la igualada para rescatar un punto para los suyos, que se pudieron ir de vacío si en la siguiente jugada Iraizoz no salvara el remate de Aspas.