La temporada pasada, con el Atlético ganando por 2-3 al Bayer Leverkusen en el partido de ida de los octavos de final, Simeone quitó a Gameiro en el minuto 70 para dar entrada a Thomas. Griezmann, que seguía en el campo, vio el cambio y le salió una frase tan espontánea como descriptiva en aquellos momentos. "¡No, no, no! ¡No le quites! ¡Es el mejor! ¡Es el mejor!", exclamó el francés.
Kevin Gameiro no pasará a la historia como uno de los mejores delanteros que ha vestido la camiseta del Atlético de Madrid. Atascado en varias fases de su etapa en el club rojiblanco, el delantero francés llegó con un buen cartel, el que se había ganado en el Sevilla, pero en el fútbol de Simeone no cuajó.
A pesar de sus flojos datos, cuando Gameiro estuvo mejor, arrastró también a su compatriota Griezmann, al que cada vez se le ve más necesitado de un '9'. Antoine es el mejor jugador del Atlético, líder indiscutible del equipo que llegó a la final de la Champions 2016 y también de la Francia subcampeona de la Eurocopa del mismo año, algo que le valió para ser nombrado tercer mejor jugador del mundo, el primero de los 'mortales'.
La sanción de la FIFA al Atlético, con la prohibición de fichar (inscribir) jugadores hasta enero de 2018, ha dejado una platilla descompensada en la que el equipo rojiblanco ha perdido gol y referencia atacante. Eso lo soluciona Diego Costa, pero el hispano-brasileño no puede jugar hasta el próximo año. Los otros efectivos son Fernando Torres, que no marca y apenas aporta, y Luciano Vietto, que desperdició las oportunidades que le dio Simeone. Solo quedó Gameiro, ausente en varios tramos de esta temporada por lesión o por decisión técnica.
Y ante la falta de un goleador, Griezmann se ahogó y tanta responsabilidad le vino grande este año. Dejó una sensación de necesidad de un acompañante que le quite tanto trabajo y le de más libertad en su juego. Desde aquél grito en el BayArena, Gameiro y Griezmann dejaron de entenderse y llegaron a vivir la ingratitud de la hinchada del Metropolitano, cansada de los fallos de uno y de la actitud de otro. A ambos los pitaron.
Pero la situación ha cambiado en una semana. El Atlético pasó de la indignación tras los dos empates ante el Qarabag y las feas victorias ante Deportivo o Celta antes del parón por selecciones al disputado empate en el derbi, la victoria ante la Roma en Champions y la goleada en el Ciutat de Valencia.
Y en esos partidos, especialmente los dos últimos, Griezmann y Gameiro han sido clave: ellos sido los autores de los goles colchoneros y han tirado del carro en un momento delicado. La doble G, los dos franceses, han resucitado para seguir dando vida a un Atlético que ha completado su mejor racha en el inicio de una Liga. No ha perdido todavía.
Gameiro marcó ante la Roma e hizo un doblete frente al Levante, mismo dato que Griezmann, que anotó el 1-0 en el duelo de Champions y marcó los dos últimos en el encuentro de Liga. Ambos han calcado la semana y han recuperado el gol y la sonrisa. A la espera de Diego Costa, Gameiro-Griezmann, a buen nivel, da para mantener los retos en el club.
El Atlético de Madrid ha pasado de tener graves problemas de cara al gol a marcar cinco en el Ciutat de Valencia. Al margen de la 'borrachera' de Valencia, la última semana ha servido para cambiar su cara y recuperar a dos jugadores claves. Hace una semana Griezmann era discutido y ahora se vuelve a creer en él.
Para saber si la efectividad del Atlético es real o pasajera habrá que ver los próximos partidos. El miércoles recibe al Elche en la vuelta de dieciseisavos de Copa, un partido en el que no se espera que estén ni Gameiro ni Griezmann. Pero después viene lo más importante: recibe el sábado a la Real Sociedad, viaja a Londres al decisivo duelo ante el Chelsea de Champions y acaba una semana exigente en el Benito Villamarín de Sevilla.
El Atlético ha demostrado una cosa y la contraria. Primero, que le cuesta marcar gol y que sus tantos ya no los maximiza como en años atrás. Después, que puede darse el gusto de goleadas amplias. Clave será para mantener el buen ritmo goleador el estado físico y de ánimo de Griezmann y Gameiro.