El gran partido de la Liga, ese que enfrentó a los dos primeros y que dejó el torneo tal y como estaba, quedará siempre como en el que se hizo más patente que el fútbol español necesita el videoarbitraje. Messi marcó y no se lo dieron por válido. Y eso influyó en un Valencia - Barcelona más gris de lo esperado que dejó a los che vivos, porque con el empate siguen en la lucha por todo. [Narración y estadísticas: Valencia 1-1 Barcelona]
Como en tantas otras ocasiones, el árbitro fue decisivo en un partido de fútbol. Este domingo, más que varios futbolistas. Por eso es imprescindible hablar del colegiado, porque eso es también hablar de fútbol. El clamoroso error de Iglesias Villanueva, que no dio validez a un gol claro de Messi, es inexplicable. Después se equivocó más, al no pitar un penalti de Umtiti a Guedes, pero ese error ya le perseguirá. No sería raro que pidiera perdón.
El Barcelona acabó sufriendo por la misma acción por la que ganó al Málaga. Ante los andaluces, hace ya unas semanas, marcó un gol cuyo balón salió claramente del terreno de juego. En Mestalla le quitaron un tanto legal. Entonces la equivocación arbitral le dio dos puntos; este domingo se los quitó.
Ese no-gol llegó a la media hora de juego y fue una representación de un partido igualado con dos caras diferentes. El Barcelona dominó en una primera parte en la que su superioridad fue más teórica que práctica. Cogió el balón, lo amasó, cansó al Valencia desde la posesión pero ocasiones tuvo pocas. Fue un Barça muy serio, quizá el que más recordó al de Guardiola, porque se le vio una idea clara y bien efectuada. Pero, en cambio, eso no le valió para nada.
Por otro lado, Marcelino se llevó la segunda parte. El técnico asturiano, desde la grada porque estaba expulsado en el partido anterior, llevó el encuentro por donde quiso. El Valencia aceleró, se creyó el papel que, positivamente, este año le toca vivir y adelantó líneas. Con un esfuerzo físico admirable, achicó por momentos al Barcelona y se creció.
Y gracias a ello llegó el 1-0, con una carrera de un Gayà inmenso y un remate de Rodrigo Moreno en boca de gol. Quizá el premio era excesivo, porque el Barcelona no estaba tan mal, pero el fútbol es esto: la justicia la dan los goles. Y cerca estuvo al final de reventar la Liga.
Aguantaron los che pero quedaban muchos minutos y ante eso es un peligro. Mantener enjaulado al Barcelona es muy difícil y Leo Messi siempre se te puede escapar. El argentino, en el tramo final del partido, regaló un gol a Jordi Alba, que remató de forma acrobática en otra buena jugada. El empate fue lo más justo en un duelo desequilibrado por un fallo arbitral pero también minimizado por algunos jugadores. Por ejemplo, el Valencia respiró cuando salió Deulofeu, un futbolista que restó al Barça de una manera alarmante.
La Liga sigue igual, con el Barcelona sacando cuatro puntos al Valencia. Los dos siguen invictos tras 13 jornadas. En Mestalla acabó ganando el Atlético y el Real Madrid que, todavía lejos a ocho puntos, recortaron dos al líder. Y también venció el valencianismo, que regresó al primer nivel, siendo protagonistas de una gran noche, de esas que se echaban de menos en una ciudad que todavía debe seguir creyendo en la Liga.