El Barcelona llegará al Santiago Bernabéu en una situación idílica, la mejor en muchos años, con 11 puntos de ventaja sobre el Real Madrid en tan solo 16 jornadas disputadas, aunque los blancos tienen un partido menos. La goleada al Deportivo de La Coruña confirmó las buenas sensaciones del equipo culé, más líder tras este domingo. [Narración y estadísticas: Barcelona 4-0 Deportivo de La Coruña]
El Barça jugó una de las mejores primeras partes de la temporada con un fútbol alegre, rápido y ameno. Tuvo bastantes ocasiones y regaló a un Camp Nou algo frío un partido entretenido. La ocasión lo merecía. Después de muchas semanas con un encuentro cada tres/cuatro días, había tenido siete días para preparar el encuentro ante el Deportivo, un rival también muy menor.
Y por todo ello sacó una victoria muy cómoda en la que el gran protagonista fue Luis Suárez, que marcó dos goles, le 'quitaron' uno, provocó un penalti que falló Messi, pero que, fiel a su cita, antes de todo eso ya había agredido a un rival con un codazo que le debería haber provocado la expulsión. Pero el uruguayo tuvo otra vez la suerte de que nadie le viera.
El gran rival del Barcelona no fue el Deportivo, sino el palo. Hasta cinco remates a la madera dio el equipo de Valverde, que su gran éxito en este partido fue que ante tantos golpes con el palo no se diera por rendido o se volviera loco. Fue un martirio porque llegó a parecer seriamente que el balón tenía un imán con los palos de las porterías del Camp Nou.
La victoria llegó con un doblete de Luis Suárez y otro de Paulinho. El de brasileño, a placer, con dos remates que llegaron de rechaces y cuando él estaba solo, sin oposición y sin portero. Eso sí, hay que estar ahí, buscando la segunda jugada. En cambio, los de Luis Suárez fueron goles de '9' puro. El uruguayo creó, remató bien, peleó y recuperó esa versión de delantero total que tanto echaban de menos los culés.
También hubo polémica porque el Barça marcó un gol en el último minuto de la primera parte que Mateu Lahoz no dio por válido. No fue tan claro como el de Mestalla, pero por las imágenes que emitieron en televisión sí pareció que había entrado. De todas formas, la trascendencia fue mínima, ya que el Barça ganaba (y bien) por 2-0.
Pero la jugada más decisiva fue el mencionado codazo de Luis Suárez a Fabian Schaer en el minuto 20 de partido, aún con 0-0 en el resultado. El uruguayo hizo una agresión que equivalía una tarjeta roja, pero ninguno de los cuatro árbitros lo vio. Al igual que pasó con el gol de Messi en Mestalla, para esto también se necesita el VAR.
Cuando Suárez agrede una, dos o tres veces es culpa únicamente del jugador. Cuando Suárez agrede 10 veces, hay que mirar más allá. El uruguayo cuenta con una impunidad que ningún otro jugador en el fútbol español tiene. Luis Suárez es el jugador que más agrede y es el menos sancionado. Es el mismo que agredía en Inglaterra, con la diferencia que allí se perdió 20 partidos por sus feas acciones y aquí, ninguno.
Si Mateu Lahoz hubiera visto la tarjeta roja, tal y como merecía, el Barça hubiera jugado 70 minutos con un jugador menos, que fue después el mejor y el que marcó dos goles. Pero eso es fútbol ficción. La realidad es que ganó bien y merecidamente al Deportivo y llegará al Clásico del próximo sábado con 11 puntos de ventaja sobre el Real Madrid. Además, la derrota del Valencia en Eibar le hace más líder. Jornada redonda para los culés.