Ya lo saben, todos los Clásicos son el partido del siglo. Con esa coletilla hemos vivido en los últimos años, engrandeciendo de esta manera al encuentro por excelencia del fútbol español. Es por ello que quizá se lleven una desilusión si se dan cuenta de que este Madrid - Barcelona no lo es. Seguirá siendo el mejor partido del fútbol español, pero no el del siglo. Está lejos de la importancia y rivalidad que tuvieron otros.
Real Madrid y Barcelona se enfrentan este sábado en el Santiago Bernabéu en un horario inédito (13:00 horas) en un encuentro de tranquilidad para los culés y de urgencias para los blancos. Los dos más grandes de España cara a cara en un duelo desigual por la clasificación pero parejo en la práctica. Ni el Barça está tan bien como para explicar que saca 11 puntos (con un partido más) a su eterno rival ni el Madrid debe estar tan confiado en ganar el Clásico.
La realidad ahoga a los de Zidane a la vez que los alivia. El Madrid llega al Clásico viviendo en dos mundos totalmente diferentes pero compatibles. El primero, ese día a día en Liga que le ha llevado a ceder muchos puntos y a llegar a este partido con la obligación imperiosa de ganar para no perder el torneo a falta de más de la mitad del mismo. La segunda realidad, la de un equipo campeón de cinco títulos que hace siete días se coronó en Abu Dhabi como el mejor equipo del mundo, consiguiendo ser ya el mejor Real Madrid de la historia.
Y, en cambio, el Barça llega con esa alegría que dan los puntos (líder sólido en Liga) y en la calma de un equipo que se ha reinventado con Ernesto Valverde y ha sido capaz de darle la vuelta a una situación que parecía estar condenada al fracaso. La última vez que los catalanes pisaron el Bernabéu fue en agosto y se llevaron un repaso del Madrid en la Supercopa de España. Salvo debacle culé, se antoja imposible repetir aquel guión.
Entre la tranquilidad de Zidane ("sabemos que el rival es muy fuerte, pero lo que más me interesa es cómo estamos nosotros") y la moderación de Valverde ("lo que queremos es refrendar nuestro buen momento"), este Madrid - Barça llega con más sosiego que los de los últimos años. La larga actividad informativa de estos últimos días (elecciones, lotería...) y al estar tan cerca de las fechas familiares han quitado tanto foco mediático a un partido con más pedigrí en otro tiempo.
Este Clásico es el último partido del año para ambos equipos, por lo que también será la última imagen que dejen antes del largo parón por Navidad. Y el fútbol es un deporte del presente en el que el pasado apenas cuenta, por lo que del resultado de este sábado se pueden sacar interpretaciones diferentes. Por ejemplo, al Madrid de los cinco títulos de 2017, podría acabar con una sensación amarga si pierde ante un Barcelona que, aunque la actualidad ahora le sonría, solo ha ganado un título (la Copa) este año.
Para recortar la distancia a ocho puntos (cinco virtuales), Zidane al fin podrá sacar el once que quiera, que previsiblemente será el de la final de la Champions y el del Mundial de Clubes, con Keylor Navas, Carvajal, Ramos, Varane, Marcelo, Casemiro, Kroos, Modric, Isco, Cristiano y Benzema. Una alineación que ha dado muchos éxitos al Madrid este año y que deja fuera a Bale, posible revulsivo en la segunda parte. En duda queda la posible entrada de Kovacic en la alineación, ya que el croata ha sido por ahora el que mejor ha frenado a Messi en la era Zidane.
Para dar el golpe definitivo en la Liga, Valverde tiene más dudas que Zidane, aunque la figura de Paulinho parece asentarse en un once en el que la lesión de Dembélé ha abierto más y deja más alternativas tácticas. Con Vermaelen en defensa y Sergi Roberto en el lateral, el Barça podría salir con Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Vermaelen, Jordi Alba, Rakitic, Busquets, Paulinho, Iniesta, Leo Messi y Luis Suárez.
Como en la última década, el duelo Cristiano-Messi centra todas las miradas (llegan con todo igualado en títulos individuales y están empatados a 53 goles en 2017) pero también habrá que estar atento al partido de Iniesta (podría ser su última aparición de gran nivel en el Bernabéu), al cara a cara entre Ter Stegen y Keylor Navas o a las siempre 'caliente' lucha entre Luis Suárez y Sergio Ramos.
Si el Real Madrid pierde, se colocará a la mayor distancia del liderato que habrá tenido siempre a estas alturas desde que la victoria se cuenta con tres puntos en la Liga (1995), por lo que la remontada comenzaría a antojarse imposible. Por su parte, el Barça tiene el reto de ganar por primera vez este año en un gran estadio, ya que empató en el Wanda Metropolitano (1-1), en Mestalla (1-1) y en Turín (0-0). Sería un golpe mortal a la Liga.
Varias curiosidades preceden a este Clásico. Es el segundo tras unas elecciones catalanas. El primero, en 2010, de infausto recuerdo para el Real Madrid, con el 5-0 en el Camp Nou. No habrá pasillo, porque el Barça lo interpreta como una humillación y no quiere pasar por ello. Y habrá que llevarse el bocadillo al Bernabéu: la hora obliga a comer bien pronto o posponerlo hasta más allá de las 15:00 horas. El horario, en realidad, es un golpe a las tradiciones españolas.
Qué ruede el balón y el mundo mire al Santiago Bernabéu. España exportará una de sus mejores tradiciones, el partido de fútbol con el que el deporte de nuestro país mejor se vende. Estarán muy atentos en China. Tebas les regaló este horario para que disfruten de un Madrid - Barça que puede ser recordado durante muchos años.
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