Muy pocas veces se había visto a un Zinedine Zidane tan claro sobre un tema. El francés, que normalmente regatea a las preguntas de los periodistas con la misma brillantez que lo hacía en su etapa de jugador, quiso dejar claro sus opiniones acerca de los fichajes. No se mordió la lengua. Y ahí radicó la sorpresa.
"No necesito a un portero", dijo Zizou en lo que era una forma cristalina de entender que, por ahora, no quiere a Kepa Arrizabalaga. Y, tal y como está el fichaje, muy avanzado, el entrenador rompe con el traspaso: si hay luz verde, él ya ha dejado entrever que confía en Keylor, que seguirá de titular; si hay luz roja, el portero vasco queda 'vendido' y se queda en Bilbao ante una afición que no le recibirá precisamente muy bien.
El Zidane más suelto en una rueda de prensa llegó justo en la semana de su segundo aniversario, una efeméride que el francés se la tomó con total tranquilidad y le sirvió para reivindicar a sus jugadores: "No quiero a nadie, estoy contento con mi plantilla". Hace dos años llegó al banquillo del Real Madrid y desde entonces ha cambiado muy poco.
Esa transición dulce es uno de los motivos de su éxito, empañando por el último Clásico, posiblemente su momento más triste de todo este tiempo. La tranquilidad y la confianza en sus jugadores ha sido clave para entender a un Madrid que este domingo juega ante el Celta en Vigo (20:45 horas) con un serio riesgo de desangrarse más en la Liga.
En este tiempo, los títulos son el mejor aval de Zidane. Ocho campeonatos ganados de diez disputados y uno de los dos perdidos (la Liga 2016/17) no lo consiguió por la herencia de Rafa Benítez, ya que durante su etapa su Madrid quedó por delante del Barcelona. En estos dos años
SUS ACIERTOS
Gestión y planificación de la plantilla
La 'amistad' con sus jugadores ha sido una de las claves para entender lo bien que ha funcionado el Real Madrid en estos dos años y también para analizar la figura de Zidane. El francés dio todo el poder a sus jugadores pero dentro de la disciplina. Consiguió rebajar egos, hacer más grupo y mantener a todos sus jugadores activos.
Una plantilla que venía muy descontenta con el anterior entrenador, Rafa Benítez, y excesivamente complaciente con el predecesor del español, Carlo Ancelotti, cambió radicalmente y entendió que en Zidane estaba un líder al que seguir. La actitud de los jugadores se modificó gracias al entendimiento entre ellos y el técnico.
Convencer a Cristiano
Ni lo había conseguido Mourinho ni tampoco Ancelotti ni mucho menos Benítez. Pero llegó Zidane y logró algo que hasta ahora había sido imposible: convencer a Cristiano Ronaldo de que las rotaciones iban a ser su mejor amigo. Zizou, que sabía lo que hacía, supo reconducir a Cristiano, le regaló una segunda juventud y consiguió sacar la mejor versión histórica del portugués, algo que parecía imposible viendo el estado de forma en el que ya estaba Ronaldo.
El histórico doblete
Zidane logró que sus jugadores creyeran en sus palabras. Zinedine dijo desde el inicio que la Liga era lo más importante y futbolistas que años anteriores habían 'pasado' del torneo doméstico se engancharon al mismo. Es precisamente lo que este año está siendo incapaz el francés de conseguir: hacer ver a sus jugadores que la ambición tiene que seguir.
Además, para la historia siempre quedará que el único equipo que ganó dos Champions consecutivas, con lo difícil que es, fue el Real Madrid de Zidane. Y con un sello muy propio, ya que los blancos aguantaron varias batallas y salieron ilesos de situaciones límites por la tranquilidad que siempre aportó el entrenador.
SUS ERRORES
Confianza ciega en jugadores
Esto podría ser un valor positivo, pero en los últimos tiempos se está convirtiendo en una característica negativa. Especialmente la figura de Benzema es la más discutida. El francés confía en Karim al 100%, al que ve como su heredero en la forma de jugar. En los últimos tiempos, ese 'amor' le está condenando por la pasividad del delantero, con cifras goleadoras muy bajas y lento a la hora de entrada en juego con sus compañeros.
Lentitud a la hora de tomar decisiones
Una de las cosas que más se le achacan a Zidane es lo tarde que reacciona ante marcadores o situaciones adversas. Sus cambios suelen ser previsibles y tardíos. Lucas Vázquez está siendo este año su única solución, condenando al ostracismo a jugadores como Dani Ceballos, que no gozan de la continuidad que podría darle mejor nivel.
Su lectura de los partidos todavía es mejorable, así como abrir más su abanico táctico, principalmente centrado en el 4-3-3 y más cuando tiene disponible a la BBC, fija siempre para él. La entrada de Isco tras la lesión de Bale o las ausencias de Benzema y Cristiano dio un nuevo aire al equipo, aunque la figura del malagueño parece no haber sido todavía colocada de la mejor manera para que luzca.
Renovarse o morir
En el mundo del fútbol el pasado apenas cuenta y es el presente el que dirime la realidad de un equipo. El Real Madrid se está gustando con su reciente pasado brillante pero los cinco títulos de 2017 no te aseguran ganar algo en 2018. Tras cuatro meses de temporada, Zidane todavía no ha conseguido hacer ver a sus jugadores que en el fútbol no se vive de lo que se hizo sino de lo que se hace.
Es un error estar a 14 puntos en Liga del Barcelona (con un partido menos que los culés) así como quedar segundos en Champions, aunque este segundo fallo no es tan determinante como el primero. Pero en todo ello se refleja a un Madrid que está peor que hace un año