Es muy querido por el Santiago Bernabéu porque, a pesar de no ser canterano, llegó muy joven (21 años) y cumple ese perfil que tanto gustó siempre a la afición madridista: español, jugón y desequilibrante. Y también es determinante en España, una característica a añadir al fervor. A pesar de todo ello, Isco es suplente en el Real Madrid. Con todos disponibles, al malagueño le queda el banquillo.
Zidane ha demostrado con sus actos que prefiere la BBC, una decisión tan normal como la contraria, porque ambas opciones le han funcionado cuando las cosas han ido en general bien y no han cuajado cuando, como este año, las cosas van mal. Isco siempre fue titular cuando faltó alguno de los de arriba y el equipo, en líneas generales, siguió siendo el mismo. Que una figura tan relevante como el malagueño, que es de esos jugadores a los que se corea hagan poco o nada, levanta criticas.
La presencia de Isco en el once este sábado ante la Real Sociedad (20:45 horas) es más que posible dentro de las lógicas rotaciones que podría hacer Zidane. El duelo ante los vascos está lejísimos en importancia que el del miércoles ante el PSG, encuentro en el que el Madrid se jugará su temporada y también su futuro más próximo. Ese es el único que entra en la cabeza de los madridistas hoy en día. Aún así, la titularidad de Isco tendrá dos interpretaciones. O bien jugará por las rotaciones que hará Zidane antes del gran partido de la temporada o por probarle para ese duelo ante el PSG.
"Quiero a Isco y que se quede toda la vida aquí, eso no va a cambiar. Es un futbolista muy bueno que lo ha demostrado siempre", se limitó a decir Zidane en la rueda de prensa. El francés sabe que está ante la semana decisiva y que del partido del miércoles, así como del de vuelta, saldrán muchas de las incógnitas que hoy se hace el madridismo. Puede ser el inicio del final de su mandato en el Real Madrid.
La relevancia de Isco
Isco salió en el minuto 66 del último partido del Real Madrid (el pasado sábado ante el Levante) y marcó en el 81', un gol que ponía el 1-2 pero que acabó sin validez porque más tarde empató el cuadro valenciano. Pero más que el resultado, el tanto representó al actual Isco, uno de los pocos jugadores que cuando tienen la oportunidad demuestran que la aprovechan. Tiene (o eso es lo que muestra) amor propio.
Isco tiene ganas. En un equipo muy monótono durante la temporada, al malagueño se le ha visto más suelto y con ideas más diferentes. Eso sí, ha tenido también partidos de un nivel más bajo y cada vez que fue titular fue uno de los primeros cambios de Zidane. Últimamente se habló de un bajón mas teórico que práctico. No es que sea el andaluz uno de los grandes culpables de la marcha en Liga o Copa.
Zidane cuenta con él, sabe que es un futbolista básico por lo que aporta en diferentes situaciones... pero está detrás de Bale. Y de Modric. Y de cualquier encaje con la BBC y el centro del campo predilecto para el técnico francés, con la idea fija del 4-3-3. "A lo mejor de aquí al final de temporada no jugará todos los partidos, pero cuento con él", dijo Zidane de Isco en rueda de prensa. Más que los mensajes, hay que hacer caso a las alineaciones.
A cuatro días de recibir al PSG, el Real Madrid se encuentra con un partido que debe quitarse de encima de la mejor de las maneras, sin riesgo a las lesiones y con un punto de compromiso con el Bernabéu. El duelo ante la Real Sociedad solo se presenta como el último de preparación para el duelo de Champions a pesar de la importancia del mismo.
El problema del Real Madrid radica en que descuidar la Liga puede costarle muy caro. Así lo han querido, porque tampoco aprovecharon que el Villarreal (quinto) perdió la semana pasada en el Villamarín para así sacar más distancia y asegurarse los puestos Champions. Ahora solo saca dos puntos al equipo castellonense, por lo que el riesgo de pisar zona de Europa League es muy real.
Los últimos resultados en Liga y la cercanía del partido ante el PSG dan que pensar que el Real Madrid no estará al 100% este sábado. Aún así, y con un once que sufrirá algún retoque respecto al habitual, debe ganar a una Real Sociedad que viene de golear al Deportivo como cierre a una larga crisis. Sería una manera de tranquilizar al Bernabéu, que cuatro días después tendrá una cita de infarto. O reanimación o miedo este sábado.