El ‘marrón’ de Gil Manzano: parar a Suárez y Diego Costa
Ambos han demostrado que necesitan jugar al límite para encontrarse cómodos sobre el campo. El colegiado designado para el decisivo Barcelona – Atlético de Madrid sabe que tendrá que estar pendiente de ellos.
4 marzo, 2018 02:13Noticias relacionadas
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¿Ser pícaro es bueno o malo? Depende de si la persona es “lista o espabilada” (primera acepción de la RAE) o “tramposa y desvergonzada” (como dice en la segunda). En cualquier caso, ambas definiciones están relacionadas. Y, en función del acto realizado o del país en el que se haga, se valida socialmente dicho comportamiento o se penaliza. Y, cuando se habla de deporte, ocurre lo mismo. Hasta que el VAR no sea una realidad que funcione sin fallos, esos pícaros (véase Diego Costa o Luis Suárez, entre otros) seguirán tratando de escudriñar entre los límites del reglamento para saltárselos. Máxime si Barcelona y Atlético se juegan media Liga, como ocurre este domingo en el Camp Nou (16:15 horas).
Más allá de si son buenos o malos –la percepción cambia en función de dónde juegue cada uno de ellos–, el ‘marrón’ es para Jesús Gil Manzano, árbitro designado para el partido entre Barcelona y Atlético. Él será el encargado de juzgar el comportamiento de ambos. De disfrutar de sus goles, pero también de adivinar sus intenciones y penalizar sus ‘picardías’. Lo que tiene claro es que estarán listos para la guerra: para protestar, para engañar y, sobre todo, para sacar partido del ojo humano, tan imperfecto como la propia realidad.
En ese sentido, el Atlético no tiene muy buen recuerdo de Gil Manzano. El curso pasado, fue designado para pitar la vuelta de semifinales de la Copa del Rey contra el Barcelona con consecuencias devastadoras para los colchoneros: él fue el encargado de anularle un gol legal a Griezmann que hubiera llevado el choque a la prórroga (la eliminatoria quedó 1-2 en el Calderón y 1-1 en el Camp Nou). Los de Simeone, una vez más, se quedaron a las puertas de una final.
Con estos precedentes, Luis Suárez tratará de volver a interpretar su papel después de una semana en la que, de nuevo, su comportamiento sobre el campo ha estado en cuestión. Ante el Girona (6-1), tratando de ver la quinta amarilla por activa y por pasiva para descansar frente a Las Palmas (1-1) y enfrentarse limpio al Atlético. Sin embargo, no la vio y tuvo que contenerse en el Estadio de Gran Canaria, donde el Barcelona perdió dos puntos y se quedó a cinco de los colchoneros.
Pese a su comportamiento, no se puede decir que Suárez sea de los jugadores más ‘leñeros’ de la Liga si se mira estrictamente cuántas tarjetas lleva. A día de hoy, el delantero, que es el segundo en la lucha por el ‘Pichichi’ (20 goles en 23 partidos), tan solo ha visto cuatro tarjetas amarillas. Da igual qué haya hecho con anterioridad. El uruguayo es Doctor Honoris Causa en picardía. Pocos jugadores más “listos” y “tramposos” que él hay en la competición. Eso sí, los réditos para su equipo están a la vista de cualquiera: el Barcelona es líder, está en la final de la Copa del Rey y sacó un buen resultado en la ida de octavos de la Champions frente al Chelsea (1-1).
Ni siquiera Diego Costa goza de tanta suerte –o impunidad, que lo llamarían algunos–. El brasileño, en siete partidos con el Atlético de Madrid, ha visto dos amarillas y una roja. Pero da igual. “Para eso lo hemos traído”, ha reconocido Simeone en más de una ocasión. ¿Y qué quiere decir con eso? Que su peligrosidad es rentable. En primera instancia, porque es capaz de cambiar los partidos (contra el Sevilla, después de 30 minutos de dominio local, hizo saltar todo por los aires y el partido acabó 2-5). Y en segundo lugar, porque mejora a sus compañeros: Griezmann ha incrementado su producción goleadora desde que juega con él. Sin ir más lejos, marcando cuatro en el último encuentro frente al Leganés (4-0).
Esa es la realidad que vivirá Gil Manzano este domingo en el Camp Nou. Con la condescendencia de los entrenadores (“esperemos que todos tengamos una buena tarde”, reconoció Simeone en la previa, irónicamente) y la responsabilidad de ser juez y parte en el partido que probablemente decidirá si hay o no Liga. Cada uno, en su papel, tratará de hacerlo lo mejor posible. Costa y Suárez, si pueden, engañando, pero también marcando. Y el colegiado, actuando con acierto. O rezando. Quién sabe.