El 'triplete' del miedo del Barcelona: Champions del Madrid, bajón en Liga y perder la Copa
Después de la debacle en Roma, al Barça le queda esperar que su eterno rival no gane la Copa de Europa para que su temporada no sea peor de lo que se avecinaba hace tan solo unos días. Este sábado reciben al Valencia (16:15 horas).
14 abril, 2018 01:25Noticias relacionadas
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¿Y ahora qué?. Así están los culés, preguntándose qué tienen que hacer el mes que queda de competición. Después de la catástrofe en Roma, lo que queda ya no sabe igual. Es imposible ocultar que el golpe en el Olímpico de la capital de Italia fue de los que se recuerdan. La temporada, ahora, queda minimizada.
El Barcelona no ha estropeado su temporada, hasta el martes excelente, pero sí la ha manchado. Y mucho. Por cuándo cae (en cuartos), por ante quién cae (la Roma, un equipo muy inferior) y por cómo cae (3-0, goleado, partiendo con un 4-1 a favor de la ida). El desastre no es solo la eliminación por tercer año en cuartos, sino la forma en la que ocurre.
Al equipo de Ernesto Valverde le queda ahora por delante un mes de competición en el que solo tendrá un partido con verdadera emoción, la final de Copa, y otros siete de Liga de los que pocas conclusiones se pueden sacar ya. Lo que mejor indica que la temporada ha acabado es el ánimo culé: la Copa no ilusiona (quizá de tanto ganarla, ya que llevan tres títulos seguidos) y la Liga está ya celebrada, porque desde hace mucho tiempo se sabe que se va a ganar. Este mismo sábado (16:15 horas), los culés podrían dar otro paso para cerrarla. Reciben al Valencia.
1. La Decimotercera
El fútbol tiene escalones que es por todos conocidos. De las tres competiciones que se disputan cada temporada, la que más importancia tiene es la Copa de Europa. Y con diferencia sobre el resto, por algo lógico: es aquella que acoge a los mejores equipos del continente y, por consiguiente, del mundo, ya que el fútbol europeo es el más potente. Después llegaría, en importancia, la Liga y más abajo la Copa.
Y la temporada azulgrana acabará siendo peor si el Real Madrid gana la Champions League. Así es la rivalidad y el fútbol. Y pasó al contrario cuando eran los culés los que ganaban y los blancos los que estaban a merced de su eterno rival. Los éxitos de uno, y especialmente en Champions League, el torneo que prácticamente monopoliza la temporada, dejan al otro tocado. Si el Real Madrid gana la Copa de Europa por tercer año consecutivo, dejará la buena temporada del Barça en normal. Si finalmente se queda en semifinales, o incluso pierde la final, el curso culé no será tan malo.
Le queda entonces al equipo de Valverde rezar y cruzar los dedos para que el Madrid no gane la Decimotercera. Aun así, su catástrofe en Roma estará ahí, será imposible de cambiar por muy mal que le vaya al Madrid. Ya no es que no haya Triplete, que es lo normal, sino que en la competición que mejor juzga a un equipo grande, los culés se despeñaron de forma vergonzante. Y eso pesa factura.
Ahora bien, ¿cómo gestiona el Barcelona este último mes en el que apenas tiene ya cosas en juego? El miedo está en que los jugadores empiecen a abandonar la tensión competitiva, como ha pasado en otras ocasiones en este y otro club, teniendo en cuenta que quedan justo dos meses para que arranque el Mundial, la gran cita del fútbol en este 2018.
2. Un bajón en Liga
El Barcelona, ahora, tiene siete partidos de Liga que tiene que afrontar con la mayor profesionalidad pero con el conocimiento de que los deberes están ya hechos. La noticia, a partir de ahora, no es que gane la Liga, que ya se sabe, sino que la pierda. La debacle en Champions podría dar pie a que sufran algún revés en Liga, pero la tranquilizadora renta que sacan a Atlético y Madrid (11 y 14 puntos respectivamente, con 21 en juego) no invita a que pierdan la Liga. El Barça, hasta final de temporada, se enfrentará, y por este orden, ante Valencia (este domingo), Celta (en Balaídos), Deportivo (Riazor), Real Madrid, Villarreal, Levante (Ciutat de Valencia) y Real Sociedad.
Quizá pueda quedar la oportunidad de conseguir el título ante el Madrid, algo que daría a los culés una alegría mayor que ganar simplemente la Liga. No es lo mismo ganar el torneo que conseguirlo con una victoria ante los blancos. Con la confirmación por parte de Zidane de que el Real Madrid, en el caso de que el Barça fuera ya campeón, no hará pasillo al Barcelona, al conjunto catalán solo le quedaría, para mitigar esto, ganar el torneo el 6 de mayo ante el Madrid, que cuatro o cinco días antes habrá jugado la vuelta de Champions ante el Bayern, por lo que si ha cerrado su pase a la final llegará con esa vitola al Camp Nou. Pero cuidado, si a los de Zidane les da por ganar en Barcelona, la Liga azulgrana también quedaría minimizada.
Lo positivo para el equipo de Valverde es que por muy mal que estén a partir de ahora en Liga, tienen la renta para ganarla. Pero, y ahí está la cuestión, si eso pasara también sería una especie de sabor amargo, ya que lo último que quedaría de la temporada sería un torneo ganado con justicia pero con fallos al final, que es lo que siempre se recuerda. En resumen, los culés no tienen que esperar a celebrar la Liga en mayo. Desde que derrotaron al Atlético ya saben que son campeones.
3. Perder la final de Copa
Y quedaría la Copa, con la final en siete días, que se da por ganada antes de jugar y siempre puede ser peligrosa. El rival es el Sevilla, por lo que la exigencia es mucha. Los culés repiten lo que hicieron hace dos años. Ganaron la Liga, aquel año por tan solo un punto de diferencia, y cayeron en cuartos de Champions. La final de Copa, también ante el Sevilla, no alimentó a su afición. En esa ocasión ganaron al equipo andaluz en prórroga. Tan fácil no será el próximo sábado 21 de abril.
No es lo mismo ganar un doblete de Liga+Champions que uno de Liga+Copa. Como tampoco es igual ganar uno o dos títulos, de muchísimo mérito, sin que entre esos dos trofeos esté la Champions, el torneo más importante de todos. Y si tu eterno rival es el que gana esa competición, tu temporada se empequeñece. Eso es lo que pasa con los grandes equipos y las grandes rivalidades, sea el bando que sea. Y esas cosas son las que construyen la grandeza del fútbol.