En el fútbol no todos los partidos valen igual. Y en el Real Madrid, más aún. Un encuentro de Liga ante el Leganés está muy lejos en valor e importancia, y más con el torneo perdido desde hace meses, que la vuelta de semifinales de Champions League ante el Bayern, el encuentro más relevante de lo que va de temporada y a la espera de si ese calificativo lo acaba consiguiendo la final de Champions en Kiev.
Zidane entendió a la máxima esta diferencia y no se arriesgó en el partido ante el Leganés de este sábado, en el que el Madrid salió con los 'cachorros': canteranos, jugadores jóvenes, todos ellos suplentes a lo largo de este año. Ganó, no sin apuros, que era lo importante. De los que pueden partir de inicio ante el Bayern este martes, sólo Casemiro fue titular. El brasileño lo hizo en el centro de la defensa, algo que no se repetirá, en palabras del técnico francés.
Fueron titulares Gareth Bale y Benzema, pero sus partidos, especialmente el de Karim, no animan a pensar que este duelo les haya ayudado a recuperar el puesto en el once que han perdido en los últimos tiempos. Las otras piezas claves no jugaron ni un solo minuto, caso de Keylor Navas, Ramos, Varane, Marcelo, Modric, Cristiano y Lucas Vázquez. Asensio y Kroos salieron en la segunda mitad. Carvajal e Isco están lesionados.
"Ante el Bayern tenemos que hacer un partido enorme, estar como nunca hemos estado esta temporada", comentó Zinedine Zidane en rueda de prensa. El francés repitió esa idea varias veces, ya que también apeló al Bernabéu en la misma línea: "Debe estar como nunca". Zizou, en realidad, comenzó a preparar el partido ante el Bayern nada más acabar el duelo de ida en Múnich. Y en su mensaje se refrendó esa idea.
El once ya avanzó que Zidane había abandonado esa sensación de dar importancia al partido más inmediato. No cabe duda de que el Leganés, no por el rival sino por la situación, era un duelo intrascendente. Pese a que este año el Real Madrid perdió la Liga desde hace muchas jornadas, Zidane nunca dejó tan claro como este sábado que se centraba en el siguiente partido. Por ejemplo, entre la ida y la vuelta de cuartos ante la Juventus, sacó a su once titular en el encuentro liguero. Bien es verdad que el duelo era el derbi ante el Atlético, pero también después ante el Málaga volvió a utilizar a varios titulares. Igual pasó en la previa de la vuelta de octavos ante el PSG, contra el Getafe en el Bernabéu.
Al igual que el año pasado, la gestión física de Zidane (a través de Pintus, preparador físico, hombre de confianza del francés), ha sido impecable y es una de las claves del éxito de este equipo. De menos a más, lo que cualquier equipo espera. La única diferencia con el año pasado radica en que el Madrid llegó a abril/mayo con opción de ganar dos títulos, ambos conseguidos, y esta vez sólo uno, ya que el bajón físico, entre otras cosas, hizo perder puntos a los blancos en Liga.
A estas alturas de temporada, y con un Mundial a mes y medio de su comienzo, los jugadores del Real Madrid están listos para la gran batalla del martes. Carvajal e Isco han sufrido unas lesiones que nada tienen que ver con la preparación del curso, aunque sí resultan decisivas para este último tramo de curso. Cristiano, por ejemplo, ha renunciado otro año más al Pichichi y Bota de Oro y Zidane ha controlado su 'ansia' de jugar, así como el del resto de sus compañeros.
El técnico del Real Madrid, a las puertas de hacer historia, reservó a sus pesos pesados, no se preocupó en exceso (entiéndase en términos deportivos) en el resultado ante el Leganés y lo dejó todo para la Champions. Y era lo lógico, ya que lo que se juega el martes el Madrid es una temporada entera. Si se clasifica para la final de Champions, el curso ya será entre bueno y muy bueno; si gana la Decimotercera, será excelente; pero si pierde este martes, la temporada quedará en suficiente. El riesgo es real.