Lo que estaba camino de ser una Liga de matrícula de honor, al final será de notable. Y no es mala nota, pero cuando vas esperando un 10 y te llevas un 8, el sabor, siendo muy bueno, también es algo amargo. El Barcelona ha ganado el torneo ganado justa y brillantemente, sabiendo que serían campeones desde diciembre, pero ha ido perdiendo notas en el último tramo. Primero, perdió un punto con el baño que le dio el Real Madrid en el Clásico de hace una semana. Este domingo perdió otro en el Ciutat de Valencia, donde el Levante le metió una 'manita' en un espectacular partido. [Narración y estadísticas: Levante 5-4 Barcelona]
No fue el Atlético ni el Madrid (no le dejó Hernández Hernández) ni el Valencia ni el Villarreal ni el Betis ni el Sevilla... fue el Levante el único que ha ganado al Barcelona en Liga. Lo consiguió en un espectacular partido, una borrachera de goles, con el que los valencianos evitan que el Barça sea el primer equipo en la Liga de 20 equipos que consigue acabar el torneo sin perder (aunque aún queda el último duelo ante la Real Sociedad) y el primero desde 1932.
Lo que demostró en el Ciutat de Valencia el Barcelona es que tiene unos defensores de regional. Y ahí (solo ahí) se explican los cinco goles y la derrota. Vermaelen se lesionó rápido (¡qué sorpresa!) y Yerry Mina hizo aguas de una manera alarmante. Lo de Semedo ya es otro cantar. ¿Cómo pudo costar este jugador 30 millones más cinco variables? Ante esta zaga, Boateng, con un hat-trick, y Bardhi, con doblete, hicieron lo que quisieron. Ahí también estuvo Morales, pulmón de este equipo. Despelotaron al Barça, totalmente hundido. El Levante se llegó a colocarse 5-1.
Pero el Barcelona, que ha demostrado este año en numerosas ocasiones que es indestructible al salir de situaciones increíbles, quiso repetirlo este domingo, aunque murió en la orilla. Llegó al 5-4 tras marcar tres goles seguidos (otros dos de Coutinho, que marcó el primero también, aunque el tercero da en el cuerpo de Luis Suárez, y otro del uruugayo, gracias a un discutido penalti).
Es indudable que se notó la ausencia de Leo Messi, que se quedó en Barcelona, descansando, se entiende, para el Mundial, ya que los culés, como saben, no tiene final de Champions), pero la derrota del campeón de Liga se debió más a la locura del partido y a las pocas ganas que había de jugar. También, por supuesto, al ímpetu de un Levante que hace no mucho estaba hundido y que con Paco López, números en mano, estaría luchando por el título. Para que aprendan otros entrenadores (véase Jémez) que hablan mucho y demuestran poco.
En realidad, el Barcelona es justísimo ganador de Liga, pero no era merecedor de acabar el torneo sin ser derrotado ningún partido. En varios duelos mereció perder y en otros fueron los árbitros quien lo impidieron. Hay que saber diferenciar entre lo que es el título, donde los de Valverde han arrollado, y el calificativo de invicto, muy exagerado si se ve la Liga partido por partido.
El Barça acabó desesperado en el Ciutat, con muchas protestas y cabreo, una imagen no muy común de un equipo que ha ganado Liga y Copa. Aunque es lógica esa frustración al ver que se va el récord de no perder ningún partido, y más cuando logras pasar de 5-1 a 5-4, en el fondo hay una alegría contenida, y es que este final de temporada, que es lo que más se recuerda, no está siendo precisamente bueno.