El Girona consiguió el ascenso a Primera división por primera vez en sus 87 años de historia, en la penúltima jornada de la Liga 123, al empatar ante el Zaragoza en Montilivi (0-0). Después de haberlo rozado en tres de las últimas cuatro temporadas, el equipo gerundense culmina el gran reto de la entidad de situar a un tercer club catalán en la máxima categoría del fútbol español junto a Barcelona y Espanyol.
Gerona era la única provincia de Cataluña que no había estado nunca en la Primera División y, con este ascenso, el club de Montilivi se convierte en el octavo en conseguirlo tras Barcelona, Espanyol, Lleida, Sabadell, Europa, Gimnàstic de Tarragona y CD Condal. Este 4 de junio de 2017 quedará para siempre grabado en la memoria de los aficionados gerundenses, que saborean así por primera vez las mieles de la máxima categoría.
La presencia la campaña que viene en la Liga Santander es un premio a la buena labor del club durante los últimos años. Esta hazaña, que ha estado a la vez tan cerca y tan lejos para el Girona en las últimas campañas, pareció en algunos momentos que se resistiría para siempre.
Una de las jornadas más dolorosas para su historia es la conocida como 'día del Lugo', el 7 de junio de 2015, cuando un tanto de Pablo Caballero en el minuto 91 dejó a los de Machín sin la Primera División cuando el estadio entero celebraba ya el ascenso. Las promociones frente a Almería en 2013, Zaragoza en 2015 y Osasuna en 2016 han terminado siempre con el mismo guión: con el equipo catalán 'condenado' un año más a Segunda.
Lejos de la historia reciente y buscando en los inicios del club, que fue fundado en 1930, el Girona disputó otra promoción a Primera, pero tampoco consiguió llegar a la cima y alternó durante los años 40 y 50 la Segunda división con la Tercera en una época en la que aún no se había puesto en marcha la Segunda B. El descenso del equipo en 1959 hizo que la Tercera se convirtiera en su hábitat natural durante las década de los 60, cuando la plantilla jugaba sus partidos en Vista-Alegre.
Con la inauguración de Montilivi en 1970, llegaron unos años de tranquilidad sin demasiadas opciones de ascenso, pero tampoco sin sufrir para mantener la categoría. Esto cambió radicalmente en los inicios de los 80, concretamente en la temporada 1981-82, cuando el Girona entró en su época de crisis más profunda con el descenso a categoría regional, en ese caso la Preferente.
Los problemas económicos se apoderaron del club, con una deuda de más de quince millones de pesetas, y la mala gestión amenazó la existencia de la entidad. Los años 80 fueron, económicamente, los peores del Girona, aunque el equipo, ajeno a esas dificultades y, de la mano de Xavi Agustí, consiguió disputar una promoción a Segunda, que acabó perdiendo frente al Salamanca en el Helmántico.
En 1997, el equipo volvió a la categoría regional, en este caso a Primera catalana, la antigua Preferente, y, pese a cambiar de entrenadores con mucha frecuencia, no consiguió mantener el rumbo. Ya con Pere Saguer en la presidencia, la entidad recuperó la Tercera División dos años más tarde y, con el nuevo milenio, llegó el saneamiento económico.
En 2006, el Girona pisó por última vez la Tercera, en la que ha jugado 44 temporadas, para ascender a Segunda B y, dos años más tarde, en 2008, logró el penúltimo de los ascensos. Nueve años después de llegar a Segunda división y habiendo pasado por buenas y malas épocas, el Girona ha logrado este 4 de junio de 2017 su soñado ascenso a la máxima competición del fútbol español.
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